ALEXEI MAKAROV
—¡Vístete! —exclamé mientras le lanzaba la ropa a Molly conforme se la iba quitando a la paramédico.
—¿Qué? ¿Qué está pasando? —preguntó tomando la ropa con duda. Sin entender que no había tiempo para hacer preguntas, mucho menos para contestarlas.
—¡¿Qué carajos te dije?! —grité furioso tomando el cuerpo de la chica y acomodándolo en la cama, escondiéndola entre las sábanas para que quien entrara pensara que se trataba de Molly—. ¡Solo haz caso! ¡Te di una orden, obedécela!
Me giré hacia ella encontrándome con sus enormes ojos azules que se abrieron con sorpresa, y al mismo tiempo heridos.
—Obedece… si aún confías aunque sea un poco en mí, hazlo. —«Solo obedece, Molly, por favor, pronto todo acabará», pensé con dolor. Desesperado por hacerla entender.
Agachó la mirada y comenzó a cambiarse como se lo pedí, de manera casi mecánica. Mientras yo esperaba en silencio, viendo su cuerpo por última vez. Pensando en el hijo que crecía dentro de su vientre, lamentándome p