Cordelia
La respiración de Zeiren era lenta y profunda. Su cabeza estaba apoyada en mi pecho, su brazo rodeando mi cintura, como si no quisiera soltarme ni en sueños.
Deslicé los dedos por su cabello húmedo, enredándolos suavemente en los mechones oscuros.
Se sentía tan diferente así, vulnerable, entregado al sueño después de todo lo que había pasado. No podía culparlo, su cuerpo había llegado al límite, su mente había estado al borde del abismo.
Aún podía ver la preocupación en su expresión; su ceño fruncido, sus labios entreabiertos, ese tic en su ojo...
"Mi Elion…"
Incliné la cabeza y presioné un beso suave en su frente, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba inconscientemente a mi toque, relajándose un poco más.
No quería moverme. No quería romper este momento de calma, después de tantas peleas, de tanto dolor...
—Estoy aburrida y tengo hambre.
La voz de Fernanda rompió la tranquilidad que habíamos logrado.
Zeiren gruñó contra mi pecho, apretándome más entre sus brazos sin abrir l