Mientras tanto, en el hospital…
Monserrat se encontraba un poco más tranquila después de la fuerte crisis emocional que había sufrido. La noticia impactante que Guillermo había intentado evitarle, por miedo a su reacción, sirvió para que algo se activara en su mente y la ayudara a recuperar la memoria. Su corazón latía con fuerza, y aunque el dolor seguía presente, había un minimo de esperanza en su interior.
—Doctor, ¿cómo se encuentra Monserrat? ¿Puedo verla? —preguntó Guillermo, con una ansiedad que se reflejaba en su voz. Su labio estaba bastante inflamado; la enfermera le había tenido que tomar dos puntos después del golpe que le dio Luis Fernando.
El médico lo miró con preocupación.
—¡Caramba! Usted se ve bastante golpeado. ¿Qué le pasó? —le dijo el doctor, asombrado por el estado de Guillermo.
—¡Ah! ¿Se refiere a este golpe? —exclamó Guillermo, fingiendo como si no tuviera la menor importancia—. Eh... bueno, es que me llevé una puerta por delante sin darme cuenta. Usted sabe,