Sofía no necesitaba levantar la voz para hacerse escuchar. No necesitaba amenazas ni escándalos, le bastaba con resultados; y cuando llegó el momento de presentar formalmente su proyecto de expansión al consejo, lo hizo con una compostura tan firme que incluso quienes habían dudado en silencio se sintieron obligados a escuchar con atención.
La reunión se llevó a cabo en la sala principal del consejo. Asistieron todos los miembros, incluida Bianca, que había llegado temprano con un traje oscuro y un aire de falsa serenidad. Adrián también estaba allí, pero se mantuvo en una esquina, alejado, sin cruzar miradas con nadie.
Sofía desplegó los documentos con calma. Cada diapositiva era precisa. Cada dato, verificable. Habló de los márgenes proyectados, de los acuerdos previos con socios internacionales, de la hoja de ruta diseñada para evitar riesgos financieros.
—Este proyecto no depende de un solo nombre —afirmó—. Es una estructura descentralizada que garantiza independencia operativa y