Amanda lo miró con las mejillas encendiéndosele de golpe, y aunque intentó tomárselo a la ligera, su cerebro se activó como una sirena en plena noche.

¿Cómo se suponía que iba a fingir normalidad después de eso?

Su cuerpo reaccionó como si hubiese recibido una descarga eléctrica, y su mente… bueno, su mente ya estaba escribiendo un guion mental muy poco apto para menores.

"Genial, Amanda. Muy profesional todo. Suerte intentando dormir después."

Ethan sonrió aún más al notar el caos silencioso que le provocaba.

—Es broma —dijo, aunque en su cabeza sabía que no era tan broma.

Amanda soltó una risa nerviosa, de esas que escapan antes de que el cerebro pueda censurarlas, y respondió casi en automático:

—Ya lo sabía.

Porque claro que lo sabía… o quería creer que lo sabía.

Pero si ese hombre seguía lanzando frases así, ella no respondería por sus actos.

Ethan le abrió la puerta del copiloto y Amanda entró sin pensarlo demasiado para tomar un respiro, pero no sabía que era peor.

El interior