QUERÍA TENERLA CERCA.
Ethan no esperaba que Amanda dijera esas palabras tan… ella.
“Volvamos a la mesa, señor Van Ness.”
El título cayó entre ellos como un pequeño balde de agua fría, suficiente para devolverle el control pero también para encenderle el pecho con una frustración deliciosa.
Él ladeó la cabeza hacia ella, atrapándola con la mirada, y observó cómo la luz del salón se reflejaba en su piel, dándole ese brillo suave que lo tenía más alterado de lo que estaba dispuesto a admitir.
Le encantaba cuando ella era educada.
Pero le encantaba todavía más cuando lo provocaba sin querer.
Se acercó apenas un centímetro, lo justo para que ella lo sintiera sin necesidad de tocarla.
—Le advertí que tomaría medidas si volvía a llamarme “señor Van Ness”.
Amanda abrió los ojos con sorpresa, pero luego sus mejillas se encendieron de un modo tan visible que él casi sonrió.
Esa reacción… ese sonrojo suave, rápido, involuntario… lo descolocaba.
“Amanda Rivas, no sabes lo encantadoramente irresistible que te ves cuand