Inversión en tu imagen.
Si había algo que Amanda confirmaba ese día, era que ir de compras con Selena Rosenthal debía contar como deporte extremo.
Llevaban horas saltando de tienda en tienda, de probador en probador, de espejo en espejo, y ella ya no sentía las piernas.
El sol se había ido hace rato, las luces del centro comercial brillaban con ese tono cálido de “ya es tarde, vete a tu casa”, pero Selena parecía recién empezando a calentar.
Trajes ejecutivos en tonos neutros, blusas de seda, camisas impecables, pantalones de corte perfecto, faldas tubo, blazers entallados, tacones para todos los estados de ánimo… y, por si fuera poco, varios vestidos de noche “por si acaso”.
—Por si acaso ¿qué? —había preguntado Amanda en algún momento, medio enterrada entre perchas.
—Por si acaso cena con el consejo, por si acaso evento de prensa, por si acaso gala, por si acaso cita —había respondido Selena con total tranquilidad—. En tu vida