Punta de vista de Sofia
La luz del atardecer se colaba suavemente por las cortinas. Sofía despertó envuelta en un calor familiar, entre los cuerpos de Jason y Lucas, sus respiraciones profundas, rozando su piel como un arrullo. La manta gruesa aún cubría parte de su cuerpo desnudo, mientras el aroma de ambos seguía impregnado en su piel, como una marca invisible que la hacía sentir segura… y amada.
Abrió los ojos con lentitud. El cielo estaba teñido de tonos anaranjados, y el canto lejano de los pájaros marcaba el paso de las horas. Se incorporó sin hacer ruido, acariciando con la yema de los dedos el pecho de Lucas, que dormía boca arriba, y luego el cuello de Jason, que aún la abrazaba por la cintura.