Punto de vista: Isabella
Despertó con un leve dolor de cabeza, pero con una sonrisa en los labios. A pesar de todo, algo dentro de ella vibraba con una tibia alegría. Se levantó, fue al baño y se duchó. El agua tibia la ayudó a sacudirse la pesadez del cuerpo. Al salir, su reflejo en el espejo le devolvió una imagen que empezaba a reconocer y aceptar. Se vistió con seguridad: una minifalda de cuero negro, botines con cadenas decorativas y un peto de encaje que resaltaba sus curvas, en especial sus pechos, que últimamente parecían haber crecido con ella.
Un golpeteo en la puerta la interrumpió.
Cuando abrió, allí estaba Leo. É