Sofía fue al baño, el agua tibia caía con suavidad desde el cielo de la regadera, resbalando por su piel como una caricia líquida. Sofía cerró los ojos, sintiendo la libertad de estar sola, desnuda, con el vapor envolviendo sus pensamientos. La ducha era amplia, silenciosa. Se sentía en otro mundo… hasta que una puerta se abrió con suavidad.
—No podía dormir sin ti —susurró Jason desde la entrada, sus ojos devorando cada curva brillante del cuerpo mojado de Sofía.
—Ni yo —agregó una voz más grave detrás de él. Era Lucas.
Ella sonrió. Su cuerpo reaccionó al instante, estremeci&eacu