Capitulo 6—Promesas y silencio.
El aire en la habitación se sentía tan pesado que costaba respirar. Cada palabra de la doctora seguía rebotando en mi cabeza como un eco imposible de callar.
“Metástasis pulmonar.”
Mi madre…. Mi fuerza. Mi refugio. Mi razón para seguir.
Sentí que el mundo se derrumbaba bajo mis pies. Todo se volvió un ruido lejano, como si mi corazón latiera en un mundo diferente al resto. Quise gritar, llorar, pedirle a Dios que cambiara las cosas… pero el nudo en mi garganta me robó la voz.
A mi lado, Alessandro estaba de pie, inmóvil, tan silencioso que parecía una estatua tallada en piedra. Su rostro era imposible de leer. Ni un gesto, ni una palabra. Solo esos ojos oscuros, profundos, impenetrables. No sabía si estaba enojado, triste… o simplemente indiferente.
Quise odiarlo por eso. Por no romperse conmigo. Por no dejar caer una sola lágrima cuando yo me estaba desmoronando. Pero había algo en su silencio… algo en él que, sin tocarme, transmitía una fuerza que me sostenía.
—Isabella… —su v