El sol aún no había roto el horizonte, pero el cielo ya teñía los picos montañosos de un azul oscuro cuando Damon y Harper llegaron a la periferia de “El Osario”. la fortaleza era una mole de piedra y cemento, una estructura fronteriza que había servido a la familia Kóvach como refugio y base de operaciones durante generaciones.
Estaba diseñada para resistir.
Damon estaba pálido, pero su mente era un arma láser, a pesar de los puntos de sutura en su hombro y las costillas vendadas, su conocimiento del linaje familiar se activó.
— La seguridad moderna está en el perímetro exterior — siseó Damon, apoyado contra una roca, su aliento se nublaba en el aire frío — Hay cámaras térmicas y sensores de movimiento, pero el búnker original, construido por mi abuelo, tiene un punto ciego que Axa siempre ha considerado inútil.
— Y… ¿Qué es? — preguntó Harper,
— El viejo conducto de escape — revisando las coordenadas de Istok en su teléfono —Es la entrada de servicio original, y se conecta al nivel