El ascenso a la Torre Central fue una carrera contra el tiempo y el dolor, Damon, con la escopeta, abría paso por las escaleras de emergencia, moviéndose con una rabia sorda.
Harper, con las pistolas con silenciador, seguía su retaguardia silenciosa y eficiente, se encontraron con tres guardias dispersos y Harper no dudó, tres disparos precisos silenciaron la amenaza antes de que la alarma pudiera sonar.
En otro momento, unos meses atrás, si alguien le hubiera preguntado si ella sería capaz de hacer algo así, lo habría negado hasta la muerte, hoy, era una mujer totalmente distinta.
Llegaron a la puerta de la Torre Central y se detuvieron para inspirar antes de hacer su próximo movimiento.
— Detrás de mí — ordenó Damon, con la respiración entrecortada.
Con el hombro ya inutilizado, Damon se apoyó contra el marco, con una brutal patada lateral, impactó el panel de control de la puerta rompiendo los circuitos.
El sistema de bloqueo hizo un ruido de estática y la puerta se abrió un par de