Mundo ficciónIniciar sesiónUna vez en la seguridad de la alcoba, la que había sido de Axa, Harper se hizo un ovillo sobre su cama. La sensación de ser propiedad de Damon, de ser reclamada por un mafioso húngaro de élite, la dejaba vacía y aterrorizada. Lo peor era el deseo, ese anhelo oscuro que surgía cada vez que él la acorralaba, que la hacía dudar de su propio instinto de huida y de supervivencia.
Se acostó, pero el cansancio no trajo consuelo. La mente no dejaba de reproducir la conversación en el estudio, y las amenazas veladas.
El sueño llegó como un ladrón. Y con el sueño, regresó la pesadilla.
No era la neblina habitual. Esta vez, era nítida, demasiado real. Y tampoco era la misma pesadilla, ya no estaba en la Roma imperial, era otro lugar, y estaba segura de que también otra época.
Podía oler la humedad de las piedras antiguas y el hedor a h







