Damon se inclinó un poco más hacia ella, tanto, que Harper inspiró hondo su delicioso aroma maderoso y masculino a Tom Ford Ombre Leather Parfum, y se quedó con eso en la memoria durante largo rato.
Damon introdujo una mano bajo sus rodillas y rodeó su cintura con la otra, su tacto suave y tibio de piel a piel, bajo la línea de la camiseta corta deportiva de Harper, la hizo erizar, mientras ella se aferraba a él rodeándole el cuello con los brazos y enterraba la cara en el hoyuelo de su hombro.
La levantó en sus brazos como si fuera una pluma. Su cuerpo era fuerte y firme, tornado como si estuviera esculpido en piedra, y ella se sintió segura. El aire se hizo espeso, y el mundo se detuvo. Sus miradas se cruzaron por un instante, y ella pudo ver el reflejo de sus propios ojos en los de él.
¡Esos ojos! Esos enormes ojos grises, con largas pestañas y cejas pobladas que podían quitarle el aliento a cualquiera.
Él la sostuvo con una ternura que la hizo temblar.
— Te voy a llevar a casa —