La presencia de Sofía.
Después de preparar un desayuno para Noel, Sofía vistió a su pequeña, la acomodó en el auto y comenzó a conducir hacia la compañía.
Durante el camino, jugaba con su bebé, que observaba con curiosidad los árboles que pasaban veloces por la ventana. Media hora después, llegaron a la empresa.
Apenas salen del vehículo e ingresan al edificio, varios empleados la saludan amablemente. Sofía sonríe con cortesía mientras entra al ascensor con la niña en brazos.
Cuando el ascensor se detiene en el segundo piso, dos chicas suben. Sin importarles la presencia de Sofía, comienzan a chismosear.
—Esta mañana una amiga que trabaja en el piso del CEO me contó que una chica salió desordenada del despacho… Parece que es la mujer del CEO.
—Qué suerte… La que logre meterse en su cama tiene la fortuna asegurada.
Las chicas se bajan en el tercer piso. Sofía respira hondo. Sacude esos pensamientos y se enfoca en jugar con la manita de su hija, decidiendo no prestarle atención al rumor.
El ascensor llega al