Romeo Scavo es un millonario viudo que se ha quedado solo con su hija de cinco años, su corazón se ha vuelto frío y receloso, no se ha vuelto a enamorar, y no quiere hacerlo, su vida se ve alterada cuando conoce a Caroline, una hermosa y humilde muchacha que lucha por mantener a dos hermanos huérfanos, por lástima, la contrata en su casa como empleada de servicio, pero poco a poco es evidente que la atracción entre los dos crece. Para evitarle complicaciones a sus sentimientos y a los de ella, le propone dejar de ser su empleada como servicio, para pasar a ser su novia bajo contrato. ¿Podrá Caroline doblegar el corazón del millonario que está cerrado al amor romántico? —¿Novios? —Sé que no nos conocemos bien y que hasta ahora solo hemos tenido una relación de jefe y empleada, pero hay una atracción evidente entre los dos, nos gustamos y no quiero andar escondiendo nada de nadie, menos en casa. —¿Me estás pidiendo ser tu novia ya? Apretó los labios, parecía inseguro de contarme todo, no me esperaba lo que saldría de su boca. —Sería bajo un contrato, la relación sería real, pero no quiero confusiones, ni malos entendidos, eres muy joven, de origen muy humilde, necesito junto a mí a cierto prospecto, y no lo eres, pero es contigo con quién quiero intentarlo, mi hija te adora. Sentí un peso en el pecho, y ganas de llorar, curvé mis labios hacia abajo, no era nada romántico lo que me decía. —Nunca he tenido novio, no sé qué esperas, ¿cómo quieres que actué?, no entiendo nada.
Leer másArturo llegó con regalos para todos, Lucy y Alan estaban felices de verlo, así como también lo estaba yo.Me abracé a él por largo rato, me separó de su cuerpo y me sonrió.—De aquí voy a ir a ver a mi sobrina, y a Romeo —dijo y suspiró hondo, le sonreí y tomé su mano.—Ya todo se aclaró, sabe que no le mentimos.—Lo sé, me lo dijo, me pidió perdón, le dije que no se preocupara, que ahí junto a él me iba a tener como siempre, porque quiero ver que mi sobrina esté bien, y esas personas junto a él no son buenas.—¿Se supo quién más estaba involucrado? Creo que le preocupaba que sus padres estuvieran metidos en todo.Arturo suspiró hondo una vez más y apretó los labios.—Mason, Romeo está destrozado, no solo era su abogado, su colaborador de confianza, era su amigo, fueron amigos por muchos años.—No lo puedo creer. Me pareció que casi no iba a la casa desde que mudé.—Estaba confabulado con Viridiana. —Romeo debe estar muy molesto.—Lo siguiente de molesto, y dolido. Aún no los enfrent
Aún estaba aturdido por la información que me dio el investigador.Tomamos la comida todos juntos como una familia como si nunca se hubiesen ido.Traté de relajarme, pero no podía dejar de pensar en que fui un idiota, un imbécil y que actué de la peor forma que pude haber actuado, cegado por los celos, me negué a creerle a ella, a la mujer que amaba.—¿Pasa algo? —preguntó Ana.—No, estoy bien —respondí, ella sonrió de medio lado y señaló a Caroline.—Las oportunidades hay que aprovecharlas.Le sonreí de vuelta, el corazón se me achicó más, Ana era ajena a la estupidez tan grande que cometí con Caroline y Arturo, no tendría cara para verlos, de pronto todo tuvo sentido: Viridiana, y Valentina lograron sembrarme dudas que no tenía.Lucy suspiró hondo con los ojos cerrados.—Amo, amo esta casa, y a mi hermanita Xime, no debimos irnos nunca, nunca, nunca de aquí.Todos estallaron en risas, menos Caroline, la miré, bajó la mirada, se mostró incómoda.¿Qué hice?, me pregunté, tenía a la fam
Me desperté sobresaltado al oír el ruido de una bolsa, al abrir los ojos vi a Alan tomando algo de la bolsa de comida, me sonrió.—Buenos días, Romeo, gracias por la comida, está rica, guardé algo para ti.—Buenos días, gracias, pero no hace falta.Moví la vista por la habitación, se abrió la puerta del baño, Caroline salía de allí amarrándose el cabello en una cola alta, miré hacia la cama de Lucy, estaba sentada viendo concentrada algo en el teléfono de Caroline.—Buenos días, no quise despertarte —dijo Caroline sonriéndome.—Gracias por no hacerlo, pero ahora me duele la espalda.Nos reímos, Lucy apartó la vista del teléfono.—Hola, ¿y Ximena? ¿A qué hora llega? ¿Dónde está Ana?, me enfermé y ninguna vino.Me eché a reír.—Buenos días, princesa, ya llamo para que las traigan.—Sí, qué bueno, por fin —grito emocionada.Miré a Caroline.—Supongo que está mejor.—Solo espero a la doctora de turno para que le dé el alta, me confirmaron que está todo bien.Llamé a casa para preguntar po
Sentí una punzada intensa en el pecho, pasé saliva. Sentí vergüenza de haber usado su seguro sin avisarle, pero era tarde, pensé en hacerlo en la mañana.—¿Están bien? —preguntó con tono de angustia.—Sí, Lucy presentó fiebre y la traje a la clínica, tuve que usar tu seguro, prometo pagarlo todo, pero no estaban recibiendo emergencias en el hospital más cercano y el otro estaba muy lejos, no quería que convulsionara.—No tienes que darme explicaciones, ni devolver nada, el seguro es para eso y ya estaba pago, me alegra que pudieras contar con eso, ¿Están en la clínica del centro, cierto? ¿Ya Lucy está bien?—Sí, gracias, estamos aquí, Lucy ya descansa sin fiebre, le harán algunos exámenes, quizás la pueda llevar a casa mañana mismo.—Están en la clínica aún, entonces.—Sí, está en observación.—¿Y Alan?—Aquí dormido en mis piernas. No lo podía dejar solo, y es tan maduro, ahora caigo en cuenta de que lo desperté e hice que me ayudara con Lucy como si fuera un adulto, es solo un niño.
Una semana después.Llevé a los niños a la escuela caminando, lo que me sirvió para distraer a Lucy con las cosas que veíamos en el camino, estaba muy triste y casi no quería comer, sabía que era por haberla separado de Ximena, no hablaba con Romeo, pero sí con Ana, y ellos estaban igual con la niña.Hablaba todos los días con Arturo, quien seguía dándome apoyo moral desde la distancia, y contaba con el de Esmeralda y Ana, debía sentirme feliz de tenerlos en mi vida.Cada día era un reto difícil de superar, tenía que hacer a un lado mis sentimientos, ignorar lo humillada y dolida que me sentía, para poder salir y dar la cara por mis hermanos, pero esa fue la lección que me dejó toda la situación: debía valerme por mí misma, no podía esperar depender de nadie, porque yo era la única persona con la que contaban mis hermanos.Comencé a ser más consciente, incluso con mi salud, empecé a cuidarme más, debía estar bien para ellos.Seguía estudiando, y trabajado en la universidad: atendía la
Me encerré en mi despacho una vez más, esta vez con una mezcla de intuición que me golpeaba el estómago diciéndome que algo estaba mal, que ella no podría haberme hecho eso, y tampoco Arturo, me senté y miré las fotos de nuevo, ahí estaba la evidencia.Unas fotos, el reporte del investigador y las sospechas de Valentina, eso era lo que tenía.Tomé el teléfono y pedí a alguien más que hiciera un trabajo para mí, quería la confirmación de lo que ya tenía en mis manos, recordé a un investigador español con el que trabajamos en un caso de robo en una de las plantas fuera de la ciudad, no era de mi confianza, pero recordé que hizo un trabajo impecable.—Dígame, señor Scavo.—¿Me recuerda?—Por supuesto que sí, uno no trabaja con empresarios de su nivel todos los días.—Necesito un trabajo, pero requiero total discreción, y que venga a mi despacho, necesitaré hacerlo firmar algunos documentos.—Estoy a sus servicios, señor, claro que sí.—Le enviaré un avión mañana a primera hora, ¿podrá ve
Lloré con amargura, encerrado en mi despacho, con el corazón roto, con las dudas atacándome, me di cuenta de que estaba dispuesto a perdonarla, que no me importaba si me había sido infiel, no la quería lejos de mí.Ella no lo aceptaba.Me quedé encerrado todo el día en el despacho, en la noche salí, visité a Ximena en su habitación, la encontré llorando.—¿Qué pasa, Ximena?—Se van a ir, Lucy me lo dijo, Caroline se portó mal y por eso se van, me lo dijo Lucy.—¿Qué?, no, no es eso, hija, no llores, son cosas de adultos, pero Caroline no ha hecho nada malo.—Lucy dice que sí, ¿mi tío Arturo se la robó?—No, esas son cosas de adultos, y no, Ximena, no opines de cosas que no sabes, hablé con Caroline, me dijo que seguirá haciendo que te juntes con Lucy.—Pero no va a vivir aquí, ni va a estudiar conmigo, se va Caroline, y ella me quiere, se va a ir, o es que no me quiere — dijo y se echó a llorar de nuevo sobre la almohada.—Hablaré con ella, conseguiré que no se vaya, te lo prometo ¿Es
Lloré por largos minutos, abrazada a Ana en su habitación, ella solo acariciaba mi espalda y me apretaba mi mano, no dijo una sola palabra y lo agradecí, su compañía era más que suficiente.—Viste, te lo dije, Ana. No me creyó, por eso mandó a Arturo lejos, debí suponerlo.—Debe estar tratando de calmar las aguas, no pienses cosas de más, asumir nunca ha sido bueno.—Me queda claro lo que piensa de mí, esto se acabó —respondí resignada.Se había acabado, lo sabía, tenía el corazón roto, estaba preocupada por mi futuro y el de mis hermanos, no había sido inteligente, solo una chica tonta que se enamoró y descuidó lo importante: la seguridad de sus hermanos.Debí suponer que su familia no nos dejaría en paz, yo no era nadie, él era muy importante.—Tengo que irme, Ana.—No, no digas tonterías, ¿A dónde irías?—Tengo que alquilar un lugar, debo conseguir empleo, algo debo hacer, fui muy tonta.—Ay, Caroline, mi niña, qué dolor verte así, de verdad, se supone que todo sería felicidad, creí
En lo que cerré la puerta comencé a llorar, no pude evitarlo, Romeo parecía odiarme y que volviera a contratar a Valentina solo me lo comprobaba. Corrí hacia la cocina limpiándome las lágrimas, me sentí tonta, también confundida, sabía bien lo que pasaba y no me lo decía, Romeo me odiaba, ya no me quedaba alguna duda.Al llegar a la cocina me abracé a Ana y me dejé ir con un llanto desconsolado.—¿Qué pasó, mi niña? ¿Qué pasó, Caroline?—Romeo volvió a contratar a Valentina, ella volverá a esta casa, no sé qué le pasa a Romeo conmigo.Ana acarició mi rostro.—Todo va a estar bien, yo la voy a tener controlada, no te preocupes por nada, tú eres la señora de la casa.—No es como me siento.—¿Qué pasa?—No lo sé, creo que todo esto está mal, debo ver por mis hermanos, por mí misma, no puedo depender de alguien para que se ocupe de mí, estoy muy agradecida con Romeo, pero creo que esto no va a funcionar.—¿Qué dices?, no, pero, es solo Valentina, la tendremos bajo control.Negué con la c