Mundo ficciónIniciar sesiónEl tiempo pareció detenerse.
—¿Qué… qué dijo? —balbuceó Emma, aferrando el celular.
—La cuna está vacía. Lo busqué por toda la casa. La puerta trasera estaba abierta.
Emma sintió que las piernas le fallaban. El aire se volvió pesado, irrespirable.
—¡Llame a la policía! ¡Ahora! —gritó sin darse cuenta, y echó a correr por el pasillo.
La puerta del salón se abrió de golpe y Harry apareció, con el rostro pálido.
—¿Emma? ¿Qué sucede?
Ella lo miró, los ojos llenos de lágrimas, y apenas logró pronunciar:
—Eugene… nuestro hijo… desapareció.
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El resto fue un torbellino. Gritos, llamadas, sirenas, confusión.
El hotel, que hacía unos minutos olía a flores y vino, se convirtió en un escenario de caos. Harry sostenía a Emma entre sus brazos mientras hablaba con la policía, su voz firme, pero quebrada por dentro.







