KYRION
—¿Lo conseguiste solo con ese contrato? —pregunta apenas responde. Asumo que habla de las fotos que ya debe haber visto. Finjo que no sé de qué habla.
—Déjate de rodeos y ve al grano.
—Tú y Gema... acabo de ver las fotos de ustedes durmiendo.
—¿Llamas para cuestionar mis asuntos personales con mi mujer?
—No, no es eso. Honestamente, creí que no te iba a dar resultado. Pero siempre te sales con la tuya.
—Si no llamas por algo importante, nos vemos en la empresa. Pasaré un par de horas por ahí.
—Claro, ¿café?
—¿Por qué sigues preguntando necedades?
—Porque no soy tu empleado doméstico. Solo asumí que podría pedir que...
Le cuelgo. Me urge ver las fotos. Las encuentro rápido gracias a la cantidad de etiquetas. Incluso mis tías, esas a las que mantengo lejos por seguridad, quieren confirmar si es cierto.
Miro el reloj. Se suponía que su entrada sería dos horas más tarde, pero se ha ido antes. Supongo, por su falta de reacción, que aún no ha visto las fotos.
Llaman a la puerta. Reci