KYRION
—Es mejor que no lo sepas.
—No me trates como a una niña, que no lo soy. Quiero saberlo. No quiero estar ignorante en tus planes.
—Créeme, es mejor que no lo sepas. Solo debes saber que voy a solucionarlo.
Se recuesta con nuestro hijo en brazos. Lo alimenta una vez más antes de dormirse, con la mano sujetando la cuna a su lado. No quería alejarme, pero debí hacerlo en algunas ocasiones, aunque pasé las horas observando a mi hijo y a la familia por la cual estoy dispuesto a cambiar.
Llamo y me mantengo informado. Patricio aún no ha confesado nada, pero no importa. Ya lo hará. Y si no, igual será útil.
Cuando amanece, tengo a Alekxer en brazos. Lo alimenté y, con ayuda de la enfermera, cambié su pañal. Ella se despertó, calmada, se organizó y esperamos la llegada de sus padres, quienes estaban en casa, organizando el espacio para su comodidad.
Los evalúan una vez más para darles el alta, mientras su madre y su padre le ayudan, permitiéndole apoyarse en ellos. Yo camino adelante c