Hanna Smith vive el peor momento de su vida cuando su madre es diagnosticada con un Cáncer de mama que amenaza con acabar su vida. Están solas desde que sus hermanos hicieron sus vidas en países diferentes cada uno con sus familias. Recién graduada como Arquitecta e Interiorista con muchos sueños y metas por cumplir, empezando su propio negocio, con el corazón totalmente roto desde la muerte de su padre y por el que cree fue el amor de su vida, ahora con la terrible noticia de la enfermedad de su madre, todo se vuelve un caos sin salida, una a la que quiere correr desesperadamente en su intento de sobrevivir a su propia vida y entonces tropieza con unos hermosos Ojos de mar. ¿Se sumergirá en ellos¿... o no tendrá tanta suerte¿... Finalmente para Hanna todo es siempre demasiado complejo. Jeremy Davis un profesional reconocido en su rama y con mucha historia a cuestas de dolor y desamor, que lo ha hecho un hombre frío y serio solo concentrado en ejercer su profesión a cabalidad y ayudar incansablemente a mejorar el bienestar de sus pacientes, llega a trabajar mano a mano con su mentor, después de años de estudio fuera del país, y se encuentra con la mujer que no soñó jamás
Leer másHanna Smith tenía en sus manos el contrato por el que había estado trabajando incansablemente las últimas semanas, había sido una tarea titánica competir con los grandes almacenes y diseñadores reconocidos del momento, pero ella era buena y lo sabía, apostaba al 1000% por ella y por eso no bajó la guardia en aquella lucha.
Con solo 23 años, recién graduada de Arquitectura e Interiorismo Hanna Smith decide lanzarse al mundo profesional con su propia empresa, ofreciendo el desarrollo del proyecto completo con diseños exclusivos y personalizados, la asesoría constante, la ejecución de la obra civil requerida y todo el mobiliario con accesorios decorativos; en fin, lo ofrecía todo y eso la hizo la mejor opción para sus primeros clientes, una pareja joven de esposos que acababa de recibir su casa de ensueños y deseaba lo mejor de lo mejor para ella.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Mamá mamá!!!!!!!!!! me escogieron, me escogieron, ya verás como comienzo a volverme la mejor opción para todos los que escuchen de mi trabajo - gritaba como loca al llegar a su casa, donde habían vivido toda su vida, sus hermanos, sus padres y ella. Ya casi tenían 5 años de estar solas desde que sus hermanos habían salido hacer sus vidas en otros países, justo después de la dolorosa partida de su padre a causa de un accidente laboral, no se veían mucho, pero se amaban con el alma y cada tanto en fechas importantes lograban reunir en aquella casa enorme a toda la familia y pasaban los días más hermosos de sus vidas.
-Hija bella sabía que lo conseguirías, como lo has hecho desde niña, eres perseverante y eso te va a abrir muchas puertas en tu vida profesional, te amo y estoy muy orgullosa de ti! - Hanna no entendía porque su mamá lloraba abrazándola, no parecía un llanto de emoción, más bien era un poco nostálgico
-Pero mami es para estar feliz, así como me ves a mí, feliz. arréglate que hoy nos vamos a festejar a nuestro lugar favorito y comeremos mucho postre del que nos gusta; con la alegría que tengo hasta me montaré en esa tarima a cantar como gallo mojado - Salomé Peterson se río de su hija menor, era una loquita alegre, que, a pesar de haber vivido momentos muy depresivos al perder a su padre y posteriormente a su tormentoso amor, se había levantado de sus cenizas decidida a triunfar y ser la mejor en lo que la apasionaba.
Hanna había pasado de tristeza en tristeza al perder a su más grande ejemplo, su padre era su roca, su lugar seguro, su confidente y protector, su guía, su mentor, lo era todo para ella y nunca imaginó perderlo tan pronto. De él aprendió las bases de eso que la apasionaba tanto; era de las niñas que prefería pasar la mañana en la oficina de papá con botas y casco que en el salón de belleza peinándose con su mamá y su hermana, cosa que hacía que su mamá enloqueciera y discutiera con su padre. Pero ella salía siempre en rescate de la situación y haciéndole de cupido lograba contentarlos al final del día.
Tal vez a eso atribuía Hanna la tristeza de su madre aquel día y solo trató de contentarla y hacerla pasar la mejor noche de festejo por aquel contrato que la catalogaba como la mejor y por lo que había trabajado tanto. Le encantaba la música y cantar, tenía voz de Ángeles en las puertas del cielo, así le decía su padre. Pero no lo había vuelto hacer desde que partió de sus vidas, pero esa noche estaba tan feliz que saltó a la tarima y cantó con el alma, tan buena fue su intervención que se ganó más de un halago, una propuesta del propietario del bar restaurante en donde estaban y una mirada intensa que no pudo dejar de sentir, una que crispó todos sus sentidos. A lo lejos unos ojos la miraban con intensidad, era un hombre muy bien parecido, pero por las luces y la lejanía no podía ver muy bien sus rasgos. Sin embargo, lo perdió de vista en el momento que su madre llegó y la abrazó.
Salomé estaba feliz de ver a su hija tan radiante que no fue capaz de contarle como habían salido sus resultados de control anual. - Mañana será otro día y tendré el valor que hoy no - murmuro mientras aplaudía a su hija con los ojos cargados de lágrimas no derramadas, pero aquel mañana no llegaría a tiempo para evitar el caos.
En las manos tenía aquel resultado de su control anual, solo era algo rutinario, su hija Hanna no pudo acompañarla porque ese día prácticamente se jugaba el todo por el todo con sus posibles clientes en su primer contrato como profesional, entonces Salomé Peterson, con 55 años, una mujer Joven con tres hijos y viuda, decide ir sola, no era algo del otro mundo solo recibir unos resultados, hablar con el doctor y programar la fecha de su próximo control, que podría salir mal?
Y ahí estaba sentada en una de las sillas del consultorio, completamente en otra dimensión y a lo lejos solo se escuchaba la voz de su doctor hablándole quien sabe de qué, solo no estaba ni aquí ni allá - Salomé esto es duro pero no es el fin, he tratado casos más complejos y tengo infinidad de pacientes recuperados y viviendo su segunda oportunidad en este mundo - trataba de hacerla volver el doctor y que se concentrara en lo que le hablaba - aquí lo importante es que trabajemos en equipo, sabes que tenemos los mejores especialistas y estamos a tiempo para atacar, confía en mí, vamos hacerlo todo y vamos a salir victoriosos - le decía el doctor acariciando sus manos con un gesto reconfortante para que entrara un poco en calor, porque desde el momento 1 en que había leído aquel papel su cuerpo quedó frío y sin color - solo te necesito aquí conmigo dispuesta a dar la pelea y con la mejor actitud posible. déjame llamar a Hannita y habla.... - no pudo terminar de hablar cuando se escuchó …
-No, mis hijos quedan fuera de esto y Hanna mucho más - gruñó con toda la determinación que encontró dentro de si
-Que estás diciendo? sabes que esto no lo podemos hacer solos necesitas el apoyo de tu familia y mucha compañía en este proceso - el doctor Robinson era uno de los mejores oncólogos del país y Salomé era la viuda de uno de sus mejores amigos de la juventud, se conocían de siempre y se tenían un gran cariño ambas familias - no puedes simplemente callar algo así o es que estás pensando la loca idea de no dar la batalla? porque eso sí que NO lo voy a permitir entiendes? - se impacientaba el doctor Robinson
-Claro que daré la batalla, no voy a dejar a mis hijos antes de mostrarles que en la vida hay que ser valientes y luchar hasta el final sea cual sea la situación, pero solo déjame encontrar el momento, sobre todo con Hannita - lagrimas resbalaban por sus mejillas y ni siquiera se había dado cuenta del momento en que comenzaron a caer - sabes que ha sufrido mucho y ahora que ha logrado llegar al punto por el que tanto ha trabajado no voy a ir yo a darle este golpe bajo, solo necesito encontrar el momento, pero te prometo que lo haré.
Otra vez estaba allí en el punto de inicio a puertas de su cirugía mamaría, después de haberse hecho cuanto estudio y exámenes médicos, sin haber encontrado aquel momento con Hanna o con cualquiera de sus otros 2 hijos. Robert el mayor vivía en Canadá con una adorable esposa y dos hermosos niños de 4 y 3 años, Valeria madre soltera vivía en Brasil y sus más grandes tesoros eran su hija Carlota de 2 añitos y su perrito Pomerania coocle.
Había inventado cuanta excusa se le ocurría para sacarle el tiempo a todo aquello que estaba haciendo completamente sola, pero cómo podía ahora hacerse la cirugía y pasar el postoperatorio sin ser descubierta? - Dios mío ayúdame para salir de esta bien librada - susurraba - y entonces se decidió por la mentira más adolescente de todas, un viaje con unas amigas de juventud, mientras realmente era ingresada en la clínica.
El doctor Robinson estaba convencido que ya ese tema había quedado resuelto, pero por cosas del destino no pudo notar la ausencia de Hanna en toda esa situación, ya que había tenido un viaje de emergencia fuera y todo había quedado en manos de un colega suyo, uno al que había encargado de la manera más especial el caso de Salomé y el que si había notado la ausencia de su desobligada hija.
Hanna, estaba lista y su madre la observaba con mucho orgullo, había decidido no acompañarla porque se sentía débil, ya las quimios estaban comenzando a hacer efecto en su cuerpo y aunque ella quería mantenerse como un roble, no podía luchar contra la corriente.Esa tarde, Hanna llegó muy temprano a casa, quería tener tiempo para alistarse con calma y compartir un rato con su madre, por el trajín del trabajo que traía encima, no había podido compartir tanto con ella como quería. Para su sorpresa ya la esperaban sus hermanos, y estaban cargados de noticias, unas buenas y otras no tanto.Robert ya se había ausentado mucho tiempo de sus empresas y por más que era el jefe y dueño de las mismas, no todo lo podía trabajar remoto, habían cosas que necesitaban su presencia, igual que su esposa quien era su mano derecha y representaba la empresa a nivel corporativo, los niños eran lo de menos porque ellos eran felices visitando a sus tías, a su prima y a su abuelita; pero ya era momento de vol
Terapía de yogaHanna, había dejado todo listo en el estudio de diseño, tenía un fin de semana en puertas que quería compartir con Jeremy, ya tenía todo organizado para darle la sorpresa de los avances en su proyecto de la casa en la playa y quería llevarlo hasta allá para mostrarle y luego pasar un maravilloso fin de semana, a lo que el doctor aceptó más que feliz y encantado.Había acondicionado el espacio de manera básica para poder estar ahí con las comodidades necesarias, Jeremy dejó en su poder las llaves del lugar desde el momento en que le entregó la casa como próximo proyecto, así que Hanna tenía la estancia perfecta. No había tenido tiempo en la semana de dirigir en persona los adelantos, pero ahora tenía un equipo de trabajo más grande y eficiente, así que mientras unos estaban aquí terminando de adecuar su estudio, los otros estaban allá y se encargaban de la casa en la playa. Todo fue dirigido virtualmente; igual solo eran unos cuantos arreglos, porque la obra como tal ve
-¡Hanna María del Santísimo Sacramento!, hasta que contestas mis llamadas Hanna Magdalena. Podrías explicarme por qué estas duchándote en estos momentos en mi baño y no pudiste contestar la llamada preocupada de tu hermanita Valeria de los misterios? – fue la primera llamada que entró al celular de Hanna al encenderlo, ya que como cosa rara había quedado sin carga el día anterior, y bueno si somos honestos lo que menos le había importado de aquella noche de anoche, había sido su aparato móvil – Ahora te quedaste muda, déjame adivinar, usaste tanto esa boquita y esa lengüita anoche que necesitas una terapia lingüística para volver a hilvanar palabras y que vuelva a su uso habitual – Hanna se escandalizo y trato de quitar el altavoz de su teléfono, al ver a Jeremy en la puerta ahogando una carcajada que no demoro en salir de su boca.Había despertado sola en la cama y completamente desnuda, así que lo primero que hizo fue buscar con que cubrirse, y para eso encontró en el closet de Jere
Hanna no había vivido algo así antes, un contacto piel a piel con un hombre, era su primera vez, pero eso no quería decir que fuera inexperta, había visto, escuchado y hablado de sexo hasta el cansancio, incluso lo había practicado con juguetes sexuales que muy gentilmente le había proporcionado su querida amiga Cora, que además era su maestra en el tema, pero nada de aquello era medianamente parecido a lo que estaba viviendo y sintiendo en este momento. Las manos de Jeremy eran agiles, fuertes y a la vez delicadas y acariciaban todo su cuerpo, su boca se había apoderado de sus pechos y no le había dado tregua alguna. Hanna estaba tan mojada que sentía lo que quedaba de ropa totalmente húmedo y empapado, estaba tan excitada que podía correrse en cualquier momento.-Esto va a hacer con calma nena, no quiero lastimarte – le dijo Jeremy mientras la acostaba con suavidad en la cama y descendía por su cuello, pecho y vientre dejando un sendero de besos húmedos, llegando justo a la hebilla d
Hanna quedó de piedra.-Me estás jodiendo – fue lo primero que salió de la boca de Hanna, el asombro que sentía no tenía comparación – esto es de no creer, ¿y que se supone que pasó?, tuvo el bebé?, ¿dónde está?, el esposo lo supo?, ¿cómo reaccionó? ¡Dios! Jeremy te das cuenta de la dimensión de esto?, puedes tener un hijo de 5 años aproximadamente por ahí, sin saber de ti o pensando que el papá es otro – cada vez que hablaba se asombraba más y sus preguntas eran muchas- Hanna, la verdadera pregunta es si le creo, y si te soy sincero la respuesta es no. La conozco tan bien que sé que se valdría de cualquier artimaña para lograr lo que quiere – Jeremy hablaba sin mostrar ninguna emoción- Y que es lo que quiere?- A mí. Soy un capricho para ella y al rechazarla solo la he retado- Pero que dices?, ¿cómo puedes estar tan tranquilo?, A caso no te importa tener un hijo por ahí, ¿quién sabe en qué condiciones? – estaba más que sorprendida de la situación, la inexpresividad de Jeremy la des
Hanna no dijo nada, solo se quedó allí en sus brazos apoyando su cabeza en su hombro, mientras Jeremy la abrazaba y acariciaba sutilmente su brazo y cabello agrupándolo detrás de su oreja para despejar su cara. Ya había pasado el enojo entre los dos, pero el ambiente aún era algo tenso.-Nena, tal vez esto no salió como lo planee, quise venir a buscarte apenas dejé todo listo en la clínica, para llevarte a cenar al apartamento y poder hablar calmadamente, le pedí a Doris que preparara algo muy rico para los dos. Y bueno la cena esta lista en casa, crees que me puedas acompañar y terminemos esta “conversación” un poco más cómodos y tranquilos? – Hanna levantó la cabeza y asintió – no quiero volver a ver estos ojitos tristes – dijo mirándola - por nada, ni nadie y mucho menos por mí – lo último lo dijo dejando un tierno beso en cada uno de sus ojos, se levantaron, apagaron todo en la oficina y salieron, llevaban sus manos unidas y sus dedos entrelazados muy fuertemente – nena deja aquí t
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