Capítulo 6 —Fue... diferente
Capítulo 6 —Fue... diferente
Narrador:
El chirrido metálico de la reja al abrirse rompió el silencio de la madrugada. Las ruedas del coche se deslizaban por el empedrado con una cadencia lenta, medida, como si hasta eso supiera que él no tenía prisa por llegar… y sin embargo, necesitaba entrar.
Apenas cruzó el umbral de la mansión, se quitó la chaqueta y la dejó caer en el respaldo del primer sillón. No encendió luces, no saludó a nadie. Ni siquiera comprobó si había alguien más despierto. Solo caminó, directo, como si sus pies supieran exactamente adónde lo llevaban.
Subió las escaleras sin mirar atrás, sin detenerse. La tensión le recorría los músculos, apretándole la mandíbula, dándole filo a cada respiración. El aire nocturno aún olía a humo de cigarrillo y a perfume femenino, pero no a cualquier perfume, al de Cloe. A algo que no debió pasar, pero que tampoco quiso detener.
Cuando abrió la puerta del dormitorio, Romina ya lo esperaba. Reclinada contra los almohadones, desnuda bajo