Capítulo 123 —No me pesa
Narrador:
La mansión estaba en un silencio expectante cuando Nerón cerró la puerta detrás de ellos. El eco seco del cerrojo pareció marcar el inicio de algo inevitable. Cleo apenas tuvo tiempo de girarse cuando él ya la tenía atrapada contra la pared, con una mano en su nuca y la otra recorriendo su cintura.
—Hoy no te voy a dejar pensar, pequeña… —susurró contra su boca antes de besarla con violencia.
La besó como si quisiera arrancarle el aire, mordiendo sus labios, devorándola. Cleo gimió, entrelazando sus dedos en su cabello, pero él se los atrapó, subiéndole los brazos por encima de la cabeza y pegándola más fuerte contra la pared. El fuego en la chimenea iluminaba el salón, creando sombras que danzaban sobre ellos. Nerón bajó su boca por su cuello, dejando marcas rojas, húmedas, mordidas que arrancaban jadeos cada vez más intensos. Ella intentó moverse, liberarse un poco, pero él no se lo permitió.
—Nerón… —balbuceó, con los ojos abiertos de par en par.
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