Capítulo 128 —Dos almas
Narrador:
Cuando Cleo por fin llegó al altar, Nerón extendió la mano hacia ella. Sus dedos se entrelazaron de inmediato, como si hubieran esperado toda una vida para hacerlo de esa forma. Él la miró fijo, y por un instante la dureza de su expresión se quebró.
—Estás hermosa —murmuró, apenas audible, pero lo suficiente para que ella lo escuchara.
Cleo sintió que las piernas le temblaban y, sin poder contenerse, le devolvió una sonrisa temblorosa, cargada de emoción. El sacerdote carraspeó suavemente, abriendo el libro con gesto solemne. El murmullo del público se extinguió por completo cuando su voz llenó la iglesia.
—Estamos aquí reunidos para unir en matrimonio a Nerón Valmont y Cleo Morel.
El eco de esas palabras hizo vibrar cada rincón de la iglesia. Cleo respiró hondo, y Nerón apretó un poco más su mano, como una promesa muda: no estás sola. La ceremonia acababa de comenzar, pero para ellos, el mundo entero ya se había reducido a esa unión. El sacerdote ce