40

A pesar de la incomodidad, Miranda se irguió profesionalmente, enfrentando la mirada de Elizabeth.

No iba a permitir que esa mujer la sometiera o la hiciera dudar con sus palabras. Incluso cuando se volvía un desafío aquel enfrentamiento.

—Señora Radcliffe —se presentó de nuevo Miranda, aunque seguía profundamente molesta por la intrusión y la evidente crítica de su suegra.

Elizabeth la observó de nuevo, deteniéndose en el uniforme, de los pies a la cabeza. La mueca de desdén era tan evidente que Miranda sintió cómo le ardían las mejillas. Elizabeth resopló, y le hizo una seña a su asistente para que esperara. Luego, con un gesto autoritario y condescendiente, señaló una mesa vacía en el lujoso Café Buck, que se encontraba anexo a la joyería, indicándole a Miranda que se sentara.

Miranda se acercó, pero se mantuvo de pie. No iba a acatar esa orden.

—No es necesario sentarse, señora Radcliffe —pronunció un poco seria, enderezándose—. Estoy trabajando. Pero si necesita algo, puedo ate
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP