Mateo cambió repentinamente de tema:
—¿Has logrado contactar a Daniel?
Al escuchar el nombre "Daniel", el corazón de Valentina dio un vuelco.
Mateo vestía hoy un elegante traje negro hecho a medida, con una presencia imponente. Su mirada, desde lo alto, observaba a Valentina con altivez, sus ojos ya mostraban frialdad e indiferencia.
Había elegido a Luciana, así que ahora él y Valentina eran extraños.
En sus ojos ya no quedaba ni un rastro de afecto, solo la dureza y la determinación de un superior.
Mateo abrió sus delgados labios:
—Valentina, ¿no has podido contactar a Daniel? No, para ser precisos, cuando hablabas por teléfono con Daniel, la llamada se cortó repentinamente, ¿verdad?
Valentina ya intuía algo. Miró a Mateo con incredulidad:
—¿Le has hecho algo a Daniel?
Mateo respondió:
—Puedes intentar llamarlo de nuevo, a ver si puedes comunicarte.
Valentina inmediatamente sacó su teléfono y volvió a marcar el número de Daniel.
Pero solo recibió el tono de ocupado, nadie contestó.
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