Perspectiva de Rossy
.
Arielle mataría por ver lo que llevo puesto. O bueno, quizás no tanto como para asesinar, pero definitivamente me acusaría de herejía estilística. "Demasiado escote, Rossy", diría, con esa vocecita preocupada que siempre usa cuando piensa que estoy siendo “irresponsable con mi imagen”. Pero ¿cómo se supone que una salga a cenar con un hombre como Edward Valmont y no quiera verse como una diosa latina recién bajada de un altar azteca? Ni que fuera de piedra.
Me acomodo el vestido una última vez frente al espejo. Es negro, largo hasta las rodillas, ceñido al cuerpo. Mi cabello suelto cae en ondas suaves arriba del hombro y mis labios rojos me sonríen con complicidad. Miro la hora en mi celular. Él ya debe estar abajo.
Bajo las escaleras de prisa en puntas de pie, como si estuviera haciendo algo prohibido… y bueno, lo estoy. Porque sin importar que ambos seamos adultos y que éramos solteros, él es el padre de mi mejor amiga.
Sacudo brevemente mi cabeza, dejando atrá