123| Por ahora...
Jamás he sido un hombre que pida permiso, así que sin esperar a que la asistente termine de anunciarme, me acercó a la puerta con la sola intención de terminar de una buena vez con esto y hablar con Edward Valmont.
—Buenos días, Edward —le espeto, más para que sepa que estoy aquí, que como un saludo.
Su ceño se frunce y dice mi nombre con asombro, por supuesto no esperaba que viniera a verlo. La asistente inclina un poco su cabeza hacia ambos antes de alejarse de la oficina, y es entonces que me percato de otra presencia.
Una mujer está sentada en la silla frente al escritorio. Su espalda está erguida y pronto se vuelve para verme.
—Buenos días, señor Harrington —saluda. Es Rossy la mejor amiga de mi leoncita.
«¿Qué carajos hace ella aquí?» me pregunto mentalmente, aunque luego recuerdo que en Zúrich, Arielle me comentó que su amiga trabajaría en Valmont.
Le respondo el saludo, con poca amabilidad, antes de que ella se dirija a Edward.
—Le tendré lo que solicitó antes de las cinco, p