Samantha había pasado las últimas horas caminando a través del bosque denso y oscuro, el silencio a su alrededor solo roto por el susurro del viento que se colaba entre los árboles. El aire estaba cargado de una humedad espesa, pero también de algo más, algo que no lograba identificar. Una energía antigua que parecía hacer que la misma tierra bajo sus pies palpitara. No solo estaba buscando a los otros, los Guardianes como él los había llamado, sino también respuestas. ¿Quiénes eran realmente? ¿Y cómo podían ayudarla a restaurar el velo?
A medida que avanzaba, el paisaje se volvía más extraño. Los árboles se retorcían hacia el cielo de una forma antinatural, sus ramas formando figuras extrañas y simbólicas que no podía entender. Cada paso que daba parecía acercarla a un destino inminente, aunque desconocido. La sensación de que algo la observaba, algo que no pertenecía al mundo real, la perseguía desde las sombras. No era miedo lo que sentía, sino una mezcla de intriga y necesidad, co