Capítulo 19 – Sentencia y promesa.
Llegaron puntuales. La mañana estaba clara, pero dentro del tribunal se sentía un aire asfixiante, como si las horas de pelea se hubieran posado en los hombros de todos. Gabriela caminó hasta su asiento con el paso medido de quien debe sostener una fachada. El maquillaje trató de ocultar las ojeras; no lo logró. No había dormido. No por el juicio, tampoco por Fernando— sino por lo que había pasado con Adrián, por la mezcla de culpa y deseo que aún le revolvía las entrañas.
Fernando entró después, con la seguridad de quien cree tener la partida ganada. Su sonrisa sin disimulo. Esa sonrisa removió algo dentro de ella. Por un instante la sala pareció dividirse: él, seguro; ella, exhausta.
El juez tomó la palabra y el aire se volvió denso. Leyó el fallo con voz firme: el divorcio quedaba consumado —no hubo controversia sobre eso—. En cuanto a bienes y pensiones, el tribunal consideró justa una compensación para el demandante por los años de matrimonio. Concedió a Fernando un diez por cien