Kalen giró sobre sus talones para ver a la despistada que tumbó y Stormi alzó la mirada para ver al descuidado que la dejó caer. Ambos sin saberlo hicieron el mismo gesto duro que tanto los identifica, por alguna razón se sintieron abrumados por la presencia del otro, la niña por la seriedad y lo enorme del hombre y él por la pequeña rubia que lo mira como si fuera la persona más tonta del mundo por hacerla caer.
―¿Quién eres tú y qué haces en mi casa? ―Esa voz gruesa intimidó a Stormi, ella retrocedió un poco más y en sus ojos había temor, pero el recordar cómo su madre llora siempre que piensa que está sola, la llenó de valor.
―Soy la hija de su chef. ―Se puso en pie haciendo retroceder a Kalen esta vez, la impresión lo hizo actuar así y más la valentía de la niña para plantársele sin más. ―Usted es cruel con mi mami, no sea cruel con ella. ―Lo miró con el ceño fruncido, las fosas nasales abiertas y los puñitos apretados, ella hace justo los gestos de él cuando está realmente enoj