Las cosas se habían intensificado, las noticias de como Aiden y Osiris se habían conocido no bajaban de ser titulares. Las personas hablaban y más de una minoría estaba descontento por los escándalos que rodeaba a la familia real.
Osiris ya no sabía qué hacer, cada vez que se presentaba a un evento el tema se volvía el centro de atención y muchos la miraban como si fuera una desvergonzada, alegando que ya no eran unos jovencitos tontos de veinte años y, por lo tanto, eran consciente de lo que estaban haciendo.
El pueblo estaba bastante dividido, algunos apoyando con capa y espada a Carlota y otros el amor del príncipe. Lo que más lastimaba a Osiris es que sus amigas y padres estaban siendo llevados por la corriente y eran atacados de igual manera.
―Esto es muy difícil. ―Osiris miró a su esposo. ―Siempre debo hacerme notar y dar explicaciones para que un grupo de personas se dé cuenta de que las cosas no son como piensan. ―Estaba agotada. ―No me quieren, Aiden y solo nos soportan po