Ana suspiró profundamente y sonrió, ella miró a su alrededor y como siempre se sentó en la misma mesa, ella guardó silencio por unos segundos y después miró a esas personas que habían sido su compañía en momentos oscuros como los que había tenido.
―Lo he logrado. ―Dijo sin perder la sonrisa. ―Y ustedes están en camino a la sanación, eso me hace muy feliz. ―Asintió un par de veces, ella no puede creer lo que es ahora. ―Aunque debo decir que el camino es largo, pues debo seguir trabajando en esto, ahora sé que no es imposible y necesito que al irme ustedes lo recuerden siempre.
―Por supuesto que lo haremos. ―Una de las chicas la abrazó. ―Gracias por levantarnos el ánimo aun cuando tú estabas pasando por tu proceso. ―La miró a los ojos con sinceridad. ―Cuídate mucho, Ana, sé feliz y no te dejes vencer jamás, ¿De acuerdo?
―En cuanto salgamos de este lugar esperamos verte. ―Bromeó la otra. ―Por favor, debes presentarnos a toda tu familia, muero por ver de cerca a gente de la realeza.