―Fue una ilusión de adolescentes. ―Le explicó. ―Cuando un hombre llega a amar a una mujer, jamás la olvida. ―Ana lo miró a los ojos sin comprender y aterrada de vivir en la sombra de un primer amor. ―Un hombre ama para toda la vida, tormenta, a la mujer que yo amo es a ti. ―Acarició su mejilla para limpiarle las lágrimas. ―Jamás pude olvidarte, yo solo aprendí a vivir sin tenerte conmigo. ―Sonrió. ―Por muy duro que suene es así, un hombre puede rehacer su vida, pero si ya amó, créeme que siempre recordará a ese amor y sí, puede ser feliz y amar tanto como respetar a la persona con la que está, pero nunca olvida a la que amó.
―¿Por qué me dices eso? ―Preguntó confundida.
―Porque justo eso le dije a Mariam. ―Suspiró. ―Es verdad, todo indicaba que ella sería mi esposa, yo estaba enojado con el mundo y mis padres me estaban presionando, así que decidí serle sincero. ―Ana cerró los ojos. ―No te metiste en nuestra relación porque nunca la hubo, era meramente compromiso por la cercanía de