—¡¿El guardia Joe?! ¿Conoces a ese hombre, verdad?
—Sí, por supuesto que lo conozco.
Era evidente que Lyra siempre recordaría a Joe, ya que fue el primer hombre que la saludó cuando solicitó trabajo por primera vez en la empresa Sun Group.
—Ese hombre ha trabajado allí durante décadas. ¡Estoy segura de que sabe algo!
—Entonces debemos intentar hablar con él —Lyra estuvo de acuerdo en investigar más a fondo el asunto.
—Empezaremos mañana, porque sinceramente estoy agotado. Tú también necesitas descansar, Lyra. ¿Quieres volver a casa con tu madre adoptiva o prefieres quedarte otra vez en mi apartamento? —preguntó Raffael. Ahora estaba convencido de que la mujer que vivía con Lyra era su madre adoptiva.
—Si me quedo en tu apartamento, ¿la familia Marino no se enterará? Si regreso a casa de la tía Sophia, tendré que contarle todo lo que ha pasado, tanto a ella como a Adrian. No sé por qué, pero ahora mismo, tú eres el único en quien confío, señor —confesó Lyra.
La mujer comenzaba a sentir