4: Complicaciones en el parto

Perspectiva de Brielle

Al día siguiente me levanté un poco tarde, por suerte era mi día libre en el restaurante y podía hacer tal cosa. Estaba en el baño cuando miré mi reflejo en el espejo. En el momento en que me di cuenta de que no tenía el collar que el señor Lennox me había dado, fue que salí disparada a buscar por todo el apartamento, por un demonio, probablemente lo había dejado en el hotel cuando me cambié.

—Eres una gran tonta y descuidada, Brielle —llevé mis manos a mi cabello —. Ahora, ¿qué voy a hacer? ¡Ir al hotel! Sí, eso es.

Me fui al hotel y en el momento en que estacioné mi carro afuera, miré que ese tipo estaba saliendo del mismo. Decidí esperar que se fuera y luego que lo hizo me dirigí a ese sitio.

—Disculpe, señorita —miré a otra recepcionista —. El día de ayer me hospedé en una de las suites del último piso, pero por circunstancias ajenas a mí me fui en la madrugada. No sé si habrán encontrado un collar que tiene una cadena de oro y un diamante en forma de pera.

— Déjeme averiguar con el personal de limpieza — ella tomó el teléfono y habló de la situación —. Entiendo, muy bien.

— ¿Lo encontraron? — pregunté cuando ella colgó —, por favor, dígame que sí, es algo que tiene un valor sentimental muy grande, ya que me lo obsequió alguien por mi graduación de gastronomía.

— Lo lamento mucho, señorita, pero el personal de limpieza no encontró su collar — la recepcionista se mostró apenada —. En caso de que encontremos la prenda, nos vamos a poner en contacto con usted. Si desea, puede dejar su número de celular y así le avisamos.

—Muy bien —anoté mi número en un papel —. De igual forma los pienso llamar en caso de que por algún milagro llegue a encontrarlo y así no van a estar pendientes de algo que ya tengo.

Me fui del hotel y tomé la decisión de que hablaría con el señor Lennox así que fui al restaurante que probablemente por la hora ya estaba abierto, y con los demás escogiendo el menú que sería destinado para el día de hoy. Al llegar, confirmé lo que había pensado. Mi jefe junto con el chef se sorprendieron de verme.

—Se supone que hoy es tu día libre —el señor Lennox se levantó de donde estaba —¿Qué estás haciendo aquí, Brielle?

—Me gustaría hablar con usted un momento, claro está, si es que no lo retraso con lo del menú.

El señor Lennox accedió a recibirme, al entrar a su oficina le comenté apenada lo que había sucedido con el collar, él movió su mano con indiferencia y mandó a rastrear tal objeto debido a que se podía hacer.

—Listo, los de la joyería prometieron que una vez que lo tengan ubicado van a ir por la prenda y van a detener a la persona que la tiene para investigar cómo es que llegó a sus manos.

—Lo entiendo, señor Lennox disculpe que le esté pidiendo esto pero me gustaría ausentarme unas semanas para arreglar unos asuntos en mi pueblo.

—No te preocupes, solo te pediré que entrenes a la persona que hemos escogido para que sea tu sous-chef y así él pueda ayudarle al chef en tu ausencia.

—Muy bien, es lo menos que puedo hacer. Le prometo que no me voy a ausentar mucho tiempo, trataré de convencer a Antonia que se venga a la capital y que así tenga a su bebé en un hospital que presté todas las condiciones y no que de a luz mientras hay una cuerda suspendida de la que se agarra y puja —el señor Lennox me miró sorprendido —no se asuste, se miran peores cosas ahí.

Perspectiva de Aleksander

Al salir del hotel fui a ver a Chase a su apartamento, entré y le mostré el collar que esa mujer había dejado en la cama de mi habitación.

— Te agradezco el detalle pero no es mi tipo — él bromeó y lo mire con rabia — calma, a este paso la perrera va a venir por ti y con ese carácter que cargas dudo mucho que alguien te quiera adoptar; la próxima vez ven con unas cervezas o algo que no sea una joya tan cara.

— Quiero que investigues quién mandó a encargar esta prenda, es de la joyería de tu hermana y no creo que te nieguen información.

— No es necesario preguntarle a mi hermana o a algún otro trabajador, ese collar lo compró tu papá hace unos cuantos días y déjame decirte que es una joya única debido a que la mandó a hacer de cero. Me han dicho que la joya se encuentra en búsqueda ya que el señor Lennox la reportó como desaparecida, ahora quiero que me digas cómo benditos fue que esto llegó a tus manos.

— Mi papá se lo regaló a su amante y ella lo dejó en la cama de mi habitación cuando tuvo sexo conmigo, pensé que era una prostituta que había pedido pero al final no lo era e investigando un poco me di cuenta que también el gran señor Lennox había pagado su habitación en la suite que estaba en el mismo piso que la mía y que también le pagó una limusina que la llevó hasta la discoteca que esta por tu hotel.

Chase se encontraba sorprendido por todo lo que había pasado, llevó su mano a su rostro y simplemente se quedó en silencio por casi media hora.

— Te juro que a veces pienso que tu papá te boto de chiquito o tu mamá no tomó suficiente ácido fólico, no puedes tratar a una mujer de esa forma así sea una prostituta y esa mujer lo que te dijo es la verdad.

— No me importa, ella es la amante de mi papá y le está viendo la cara al viejo. Me da demasiada rabia ver que no se puede mantener fiel a alguien y que de ajuste sale con un hombre que puede ser su padre, esa filosofía de que para el amor no hay edad es absurda.

— ¿Tu rabia es porque sale con tu padre en vez de ti o el hecho de que él se está tirando a una mujer más joven? Si todo sale bien capaz y ella viene siendo tu madrastra, imagina tú que locura va a ser eso, la ventaja que si enviuda te va a tener a ti para que la consueles de la manera que creas conveniente.

— Eres un maldito asqueroso — lo empujé y él rió — bueno, quiero que me ayudes a encontrar a esa mujer y que me digas todo lo que sabes de ella.

— Muy bien, pero eso va a tener que esperar — lo miré enojado — no me mires de esa forma, te recuerdo que tengo cosas que hacer en el hotel y no puedo estar obviando las cosas que necesitan de mi atención solo porque a ti te molesta que tu papá esté con una mujer que puede ser tu hermana, además si tanto te urge saber tal cosa deberías preguntarle al señor Lennox.

— No le voy a preguntar nada a él porque me va a preguntar de dónde saqué el collar de su amante, así como lo hiciste tú — guardé la joya en mi bolsillo — no le digas nada a Sofía sobre esto, al menos espero que puedas hacer tal cosa.

Me fui del apartamento de Chase, no había caminado mucho cuando escuché que había una mujer ahí y reconocí su voz ya que se trataba de la verdadera prostituta que solicité el día de ayer; este tipo era un puerco con todas las letras.

Perspectiva de Brielle 

Luego de algunas semanas finalmente pude hacer mi viaje a San Andrés, dejé todo en orden con el restaurante y también compré algunas cosas neutrales para el bebé de Antonia, ella se escuchaba muy contenta con la llegada de la criatura y hablaba con tal felicidad que me había contagiado por completo.

— Saldré hoy en la madrugada — hablé con ella por télefono — ¿Te sientes bien? Te escucho un poco agitada.

— No te preocupes que estoy bien, ya preparé tu habitación y se encuentra lista para que vengas a descansar. No salgas con locuras de que vienes a trabajar porque sé a la perfección de que no has parado de trabajar y para colmo de males debes venir por tierra porque vivimos en un sitio tan alejado de la tecnología y de las mejoras que este sitio ofrece.

— No te preocupes demasiado, escucha bien si acaso te llegas a sentir mal quiero que vayas donde el viejo Joaquín para que te lleve al hospital del pueblo vecino y le dices que yo después le pago lo que sea que te vaya a cobrar.

— Tranquila, créeme cuando te digo que me siento bien. Esta agitación que tengo es porque la barriga es demasiado exagerada y últimamente el bebé se está moviendo demasiado, cree que su mamá es a prueba de todo.

— Antonia, por favor hazme caso y prometeme que vas a pedir ayuda de un profesional si te sientes mal, no quiero que te vaya a pasar nada por tonterías relacionadas con el dinero.

— Eres una exagerada, pero está bien, te prometo que voy a ir al hospital en caso que todo se torné muy complicado. Te encargo a Analía, sé que a tu lado va a estar segura, cualquiera de mis hijos va a estar bien contigo.

— Muy bien, ahora me iré a descansar porque necesito salir de madrugada y por Analía no te preocupes demasiado que voy a cuidarla con mi vida de ser necesario.

— Te quiero mucho cariño, recuerda eso siempre y también que eres una mujer muy hermosa que merece toda la felicidad del mundo; no te cierres a la idea de amar porque no todos los hombres son como mi ex esposo, hay personas buenas allá afuera, quizás están dañadas pero eso no cambia la bondad que poseen, me preocupa que termines tus días en completa soledad.

— No te preocupes por mí, preocúpate por ti misma y por Analía además de tu bebé. Cuando llegué al rancho tengo algo que contarte, estoy segura que te va a parecer una muy buena noticia y podrás calmarte referente a mi soledad.

Antonia colgó un poco más tranquila la llamada, yo fui a descansar porque a pesar que eran las 7 de la noche pensaba salir a las diez de la noche, el trayecto hasta San Andrés es de 36 horas así que probablemente estaría llegando a las diez am de pasado mañana.

Perspectiva de Antonia

Me fui a acostar pero no tuve paz por varias horas, esta criatura se estaba moviendo demasiado y ya estaba comenzando a sentir ciertos dolores que sabía muy bien lo que significaban, estaba entrando en trabajo de parto y debía llamar a la partera.

— Analía — la niña se frotó sus ojos soñolienta — iré donde la señora que trae bebés, no demoró mucho tiempo y por favor no le abras a nadie la puerta.

Salí del rancho y caminé hasta la casa de la partera, comencé a golpear mientras un sudor frío recorría mi frente, la puerta se abrió luego de un buen rato y ahí salió la partera.

— Señora Agatha, por favor venga conmigo — acaricié mi barriga — creo que el bebé ya viene, desde hace un buen rato estoy teniendo dolores de parto y no sé si me encuentro lista para pujar.

— ¿Te has dado cuenta de la hora que es? Escucha niña, no eres madre primeriza y sabes bien que los dolores de parto son de varias horas así que ve donde vives que yo llegaré cuando amanezca.

Ella me cerró la puerta en mi cara y no tuve más opción que irme, si la enfadaba mucho probablemente no me atendería al momento de parir y tendría que ir al hospital. Empecé a rogar porque ya amaneciera, los dolores no me habían dejado dormir y me sentía demasiado agotada, en el momento que rompí fuente me asusté porque la partera no había venido así que decidí ir de regreso donde ella.

— Mamita — Analía me miró con preocupación — por favor no te muevas, iré donde la señora que trae bebés para que te ayude con mi hermanito o hermanita.

Analía se fue y no tuve más opción que esperar a que llegará con la partera, en el momento que escuché que la puerta se abrió fue que miré a la mujer entrando con mi pequeña hija. 

— Vaya que ustedes son demasiado escandalosas — ella mostró un gesto de enfado — a ver, vamos a ver si ese chiquillo o chiquilla viene en camino.

La partera me revisó pero aún no tenía los diez centímetros que debía tener, miré como el reloj en la pared agrietada cada vez avanzaba de forma normal pero lenta para mí. Sentía como el bebé se movía así que eso era una buena señal, los dolores fueron aumentando a un punto que me dolía demasiado.

— Bueno, es hora de darte esto — ella abrió una botella y puso un líquido oscuro — esto te va a ayudar a sacar a esa criatura de una vez, ya llevas seis horas queriendo parir y apenas pudiste abrirte bien.

Tomé el té que me había dado y lo aguante porque sabía que esto me permitiría tener a mi criatura entre mis brazos, esto era asqueroso y no lo vomite de milagro, mis manos sostuvieron la cuerda que habían preparado previamente y me puse en cuclillas.

— Vamos, trata de pujar — ella se puso delante de mí — tienes que hacerlo si no quieres que tu criatura se muera dentro de ti.

Me sentía agotada, quería pujar pero no podía y en cierto punto mis manos no pudieron con mi peso así que me vine de golpe a la cama pero traté de que el bebé no sufriera ningún daño y mi columna recibió todo el golpe.

— ¡Deja de ser tan llorona! — la partera me gritó muy fuerte — si te gusto meterlo, te tiene que gustar sacarlo, vamos puja de una vez que no estoy tratando con una primeriza.

— Analía — llamé a mi hija lo más fuerte que pude — ¡Analía! Ven aquí cariño.

Analía entró y me miró asustada, en el momento que le pedí que me viera lo hizo y sus ojos se enfocaron solamente en los míos.

—Ve donde el señor Joaquín, dile que necesito ir al otro pueblo de urgencia. Es necesario ir a un hospital porque no puedo sacar a tu hermanito de mi barriga, toma el télefono que tu madrina me dió y la llamas, dile que la necesito.

Analía se fue y me quedé mirando un punto incierto, sentía como respirar se volvía algo imposible de alcanzar, la partera me dió más té y lancé una parte pero en el momento que tragué lo que me había quedado fue que sentí la necesidad de pujar así que lo hice, el dolor al sentir que mi bebé estaba saliendo fue muy grande pero estaba tranquilo.

—Aquí está tu criatura, es una niña —la partera me la pasó —y así querías ir donde esos matasanos, ¿Qué sucede?

Otro dolor muy fuerte me vino, en el momento que me dijo que venía otro bebé me asusté, las ganas de pujar estaban pero sentía que no podía avanzar.

—Deja de hacer eso muchacha, el bebé viene al revés, hay que esperar un milagro para salvarte…

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