Mundo ficciónIniciar sesión—Benito, por amor a Cristo, habla bien, no eres puertorriqueño para hablar así. No soy Briellita, sino Brielle. Toma, aquí tienes un sándwich y una soda tanto para ti como para tu abuela.
Benito tomó las bebidas y me agradeció de una forma más normal. Les conté lo sucedido y tuvieron miles de reacciones. Chloe salió a nuestro encuentro y tomó lo que les había llevado.
—Tu jefe tiene razón —ella mordió el sándwich —. Tienes que ir a festejar, yo me voy a encargar de tu vestuario. Siempre cargó un cambio de ropa, así que vamos de una.
Aunque me opuse a que me vistiera, al final no pude hacer nada para evitarlo. Chloe me cambió por completo y al verme en el espejo me sorprendí, solo que no de la mejor forma.
—¡Chloe! Parezco una prostituta, sin ánimos de ofender. Yo no puedo ir así a celebrar mi graduación de chef, si me agacho enseñó todo el arco del triunfo.
—Evidentemente, pareces una prostituta porque la dueña de esa ropa es una. Puedes ir e irás así a celebrar tu graduación de chef; respecto a lo del arco del triunfo, simplemente no te agaches y eso es todo.
Salí a empujones del motel que las chicas ocupan para trabajar y en el camino encontré varios tipos que me alzaban las cejas de forma coqueta. Me enfoqué en no irme de boca con los tacones que también me prestó. A mala hora teníamos las mismas tallas.
—Muy bien, que te vaya bien —Chloe me empujo y por poco me caigo—. Calma, recuerda que manejar tacones es algo sencillo; tacón, punta, tacón, punta.
—Chloe, te suplicó que no me hagas esto —intenté bajar el vestido, pero fue inútil —. Si quieres, podemos ir a tu casa a buscar algo un poco más largo.
—Querida, ese es el vestido más largo que tengo —ella mascaba chicle —, así que ve, deja de ponerle cinco patas al gato y disfruta la noche; ¡Ay de ti que no salgas de la habitación del hotel! Ahí tengo algunos conocidos que me van a informar tal cosa si es que llega a pasar.
Solamente tuve que resignarme e irme así. Al llegar al hotel, tuve que pegar mis piernas para evitar que alguien viera mis pantis. El botones se ofreció a llevar mi equipaje, pero no tenía tal cosa, solamente me acompañaba mi bolso.
—Si, el señor Lennox reservó una de nuestras suites para usted —la recepcionista me sonrió —bien, aquí tiene la llave y si se le ofrece algo por favor no dude en pedirlo.
La recepcionista fue muy amable y me fui a la habitación que me habían dado, en el piso en el que me encontraba estaban dos habitaciones únicamente y pude ver de reojo a un hombre bastante apuesto que me quedó viendo de pies a cabeza, tuve que apresurarme en entrar al cuarto que el señor Lennox me había dado y luego me encerré.
Narra Aleksander
Entré a mi habitación y abrí los resultados de los exámenes, finalmente mi vasectomía permanente había dado resultados, ahora ninguna mujer iba a poder decir que esperaba un hijo mío, que fastidio de las personas, solamente les interesaba la fortuna de mi papá y nada más.
—Ya se encuentra todo listo —hablé por celular —finalmente soy completamente estéril, ahora si acaso llego a tener hijos va a ser con la mujer que tenga la suficiente moral como para acceder a alquilar su vientre y hacerme padre.
—Definitivamente estás loco Aleksander, no entiendo porque decidiste congelar tu esperma e insistes en tener un hijo pero sin casarte o al menos tener una relación con una mujer.
—Es porque quiero tener un hijo pero no alguien a mi lado que se largue a la primera ocasión que las cosas vayan mal, mira mi madre por ejemplo, desechó no solo a mi papá sino también a mí para irse con alguien que le pudiera cumplir sus caprichos.
—Bueno, si esa es tu decisión me parece perfecto pero quiero decirte que no todas las mujeres son como tu madre, hay muchas que sí valen la pena.
—Lo mismo pensaba con Elena y ya vez en lo que resultó, cuatro años de juicio para que pudiéramos salir bien, dos años en los que ella me acusaba de ser madre de ese niño que ni siquiera tenía mi color de piel y otros dos años para que el juez fallará a mi favor por la demanda que le metí.
—Bueno, no todas son como ellas pero estás más cerrado que una ostra. Ahora trata de relajarte un poco porque lo necesitas, creo que deberías hablar con tu padre acerca del asunto.
—Si, claro —bufé molesto —mi papá vive tan en su mundo que ni siquiera se tomó la molestia de darse cuenta de que me habían demandado, para él solamente le sacaba dinero de su bolsillo cuando la realidad era que había conseguido un empleo que me ayudó a solventar todos los gastos, ni siquiera me dió cinco minutos de su tiempo para decirle esto.
Narra Brielle
Me encontraba en la habitación cuando el teléfono sonó, no tuve más opción que responder y la recepcionista se encontraba al otro lado de la línea.
—Señorita León, la limusina que el señor Lennox alquiló para usted se encuentra a la espera, la llevarán a una discoteca cercana.
—Muy bien —sonreí con los dientes apretados —enseguida bajo y muchas gracias por avisarme.
Genial, el señor Lennox sabía bien que no saldría de la habitación del hotel y por eso contrató una limusina. Fui a la discoteca y me llevaron a la zona VIP, ahí tomé cosas que no contenían alcohol debido al tratamiento al que había sido sometida, la música y todo me aturdió demasiado así que decidí irme de ese sitio.
—Buenas noches —me despedí del chófer —gracias por todo señor, tenga algo de propina.
Le di la propina al hombre, entré al hotel y me fui hasta el piso que me correspondía. Entré a la habitación y me asusté en el momento que la mano de alguien me tomó, en el momento que miré a esta persona me quedé helada, se trataba del huésped que estaba en la otra habitación.
—¿Qué haces en mi?...
Él me besó de una forma tan demandante que me quedé helada, metió su lengua en mi boca y solo pude emitir un quejido. En vez de alejarlo le correspondí, no sé si habrán sido obra de todas las hormonas que tomé para la fertilización, el hecho de que el tipo estaba hecho un cuero, o simplemente que alguien que controlaba mi destino quería que esto pasará.
—Te has demorado mucho tiempo —él me empujó a la cama —pensé que no ibas a venir nunca, lo importante es que ya estás aquí.
El tipo me desnudó por completo aunque con el vestido que Chloe me había prestado no era una tarea muy difícil de cumplir. Él se desvistió y empezó a masturbarse delante de mí, sin más preámbulos me penetró y arqueé mi espalda a un punto que jamás pensé que sería posible.
—Por un demonio —él maldijo —estás tan estrecha que pareces virgen, es imposible que lo seas dadas las circunstancias.
Y esa era una de las cosas que la fertilización me había dejado, arrebato mi virginidad por así decirlo y el himen quedó en ese aparato que metieron. Él empezó a tomarme con brusquedad, el dolor era muy grande y en cierto punto que pensé que se iba a detener me equivoqué por completo ya que me dió la vuelta para ponerme de rodillas y embestirme de esta forma.
—Podrías, podrías ser más delicado —dije con dificultad —por favor, me duele aunque no lo creas y no estoy disfrutando nada de esto.
—No estás en posición para pedir cosas —él me tomó de la barriga y me dió otra embestida —solamente mantén tu boca cerrada.
Mi furia fue tal que en ese momento mi juicio se nubló por completo, sentí como mi interior se llenó de su semen y fue ahí que lo empuje con brusquedad, él me miró sorprendido al ver la forma como había actuado y que empezaba a recoger mi ropa.
—Espera un momento —él se levantó con una erección a medias —te pedí por el resto de la noche, no te vas a ir así que suelta esa ropa y punto final.
—¿Me pediste por el resto de la noche? —pensé y abrí mis ojos una vez que entendí —¡Yo no soy una prostituta y tampoco estaba en la otra habitación por un supuesto trabajo, soy la huésped de la otra suite! Eres un maldito infeliz, además aunque así lo fuera, tienes que ser un poco más gentil con este tipo de mujeres, si crees que ellas lo hacen por gusto déjame decirte que estás muy equivocado; deben tener asco de acostarse con sujetos como tú que piensan que porque tienen dinero pueden hacer lo que se le venga en gana.
—Supongamos que no eres prostituta cosa que lo dudo por la ropa que usabas y porque te vi entrar en la otra habitación que de paso cuesta tres mil dólares la noche un dinero que muy pocos tienen, bien que te quisiste acostar conmigo —él sonrió cínicamente —así que deja tus moralidades hipócritas a un lado y busca cómo gritar menos porque bien que lo disfrutaste.
No supe en el momento que me puse delante de él y le di dos cachetadas tan fuertes que mis manos quedaron repintadas en su rostro, al abrir la puerta salí de esa habitación mientras sostenía mi ropa, entré al cuarto que me habían reservado y tomé las cosas que tenía, usé las prendas anteriores y salí de ese sitio mientras lloraba debido al coraje.
—Señorita León — la recepcionista me miró sorprendida — pero qué le ha pasado, ¿Necesita ayuda con algo?
—Por favor llame un taxi, no quiero quedarme aquí y no se preocupe que no es algo que ustedes hicieron, solamente deseo irme a mi apartamento.
Ella llamó a un taxi que me llevó hasta mi apartamento, una vez que le pagué un dineral por la hora que era me fui a mi piso. Seguí llorando mientras veía las luces de los edificios vecinos y en cierto punto supe que también mi niña interior lloraba ya que de cierta forma esperaba que las cosas fueran diferentes en mi primera vez, la rabia hacia ese tipo también estaba incluída.
—Por eso prefiero seguir soltera, hoy en día no hay nadie que realmente valga la pena y se creen mucho por el simple hecho de que tienen más dinero.
Me fui a la comodidad de mi cama y me sentí segura, solamente deseaba olvidar esta noche que prometía ser la mejor y al final resultó ser un completo desastre en el que me acosté con un tipo que ni siquiera sabía quién era, pero eso no importa, nunca más lo voy a volver a ver en mi vida.
Narra Aleksander
Una vez que la mujer que fingía no ser prostituta se fue me lancé a la cama, sentí como algo se había clavado en mi glúteo y ahí saqué un collar con un diamante en forma de pera, vaya que si se gana sumamente bien en esta “profesión” bueno supongo que algún cliente le debió obsequiar tal cosa. Estaba acostado cuando tocaron la puerta, al abrir miré que estaba una tipa que entró a mi cuarto, el abrigo largo que usaba se lo quitó y quedó solamente con lencería.
—Pero quién rayos eres y qué haces en mi cuarto, espero que tengas una buena explicación.
—Soy la compañía que pidió para el resto de la noche, la señora Bouvier es quien me envía.
—¿Acaso es una jodida broma? ¿Sabes qué? Largo de aquí que no me encuentro de humor para tus chistecitos, dile a tu amiga que aquí tiene su collar y que la pienso denunciar con su jefa por haberme golpeado.
—No tengo idea de qué está hablando, usted pidió compañía para esta hora y aquí me encuentro; bueno, quizás me retrasé cinco minutos pero fue por el tráfico, prometo compensarlo.
—¡¿De qué estás hablando?! ¡Son las 12 de la medianoche y te pedí a las 11!
—No señor, son las 11:10 —ella me mostró su reloj —digamos que me retrase cinco minutos pero como le digo, prometo compensarlo.
Fui a ver mi reloj y ahí se encontraba que era las doce de la madrugada pero en el momento que miré mi celular fue que me di cuenta que estaba una hora retrasado… Espera… Eso quiere decir que la otra mujer con la que me había acostado decía la verdad, era una huésped de la otra habitación, pero por la ropa que traía encima y que de paso se veía barata no creía que tenía tanto dinero, aunque viendo a la prostituta que si era eso podía deducir que era alguien elegante y que ganaba lo suficientemente bien para comprar prendas lujosas.
—¿No enviaron a nadie antes de ti? —ella negó —por un demonio, ¡Largo de aquí! Ya no quiero sus servicios y dígale a la señora Bouvier que la próxima vez mandé a alguien que sea lo suficientemente lista como para resolver un simple tráfico nocturno.
La mujer se fue y caminé en dirección a la otra suite pero me cansé de golpear así que bajé hasta la recepción mientras usaba una bata, muchas mujeres me miraban sin embargo en estos momentos no me encontraba de humor para nada relacionado con eso.
—Disculpe —le hablé a la recepcionista —me puede decir qué se hizo la huésped de la otra suite, necesito hablar con ella.
—Lo siento mucho joven amo Aleksander, ella decidió irse hace un rato sin dar ninguna explicación y lo único que pidió fue un taxi.
—¿Qué estaba haciendo ella aquí? ¿Cómo fue que pagó su habitación, en efectivo o con tarjeta?
—Lo siento pero por políticas del hotel no puedo decirle nada, sabe muy bien cómo son las normas en este sitio.
—¿Acaso tengo que recordarle que soy amigo de Chase Harrington? El dueño de este y los otros hoteles, por favor trate de facilitarme las cosas y no haga que llame a su jefe a esta hora.
—Muy bien, ella no pagó la habitación sino que fue el señor Lennox —la recepcionista me miró con algo de temor —también contrató una limusina que llevó a la señorita León a una discoteca cercana a este sitio.
—Espera un momento, así que fue mi papá el que pagó todos los gastos de esa mujer —me sostuve del mueble que estaba ahí —¿Ellos tienen alguna relación? ¿Han venido aquí antes?
—No sé la relación que ellos tienen pero le puedo asegurar que en mi turno no han venido al hotel, ¿Necesita algo más?
—No, gracias por la información señorita y espero que este asunto se maneje con el debido sigilo.
Me marché a mi cuarto una vez que me aseguré de mantener esto en secreto, realmente soy un idiota; yo queriendo disculparme por haber sido un reverendo idiota y al final es la amante de mi papá, en definitiva todas las mujeres son iguales, solo quieren posición y dinero…







