—¿Realmente es necesario que te vayas? —ella tomó mis manos mientras lloraba —. Comprendo que vivimos en medio de la nada, pero aquí tienes tu hogar.—Entiende, cariño, si sigo aquí voy a morir en medio de la nada —sequé sus lágrimas —. No podemos quedarnos estancadas solo porque aquí nacimos, hay que abrir las alas y volar; recuerda algo, nuestro límite es el cielo.—Pero Brielle —ella hizo una pausa —. ¿Sabes qué? Realmente te voy a extrañar mucho, eres mi única y mejor amiga. —No me estoy yendo para siempre, créeme que vendré de visita una vez que logré estabilizarme en la capital —la abracé y le di un beso a la bebé que cargaba —. Por favor, cuida a esta preciosura. Si tienen algún problema, tanto tú como tu marido me puedes avisar sin ningún problema.—No te preocupes por nosotros, estaremos bien y tú trata de triunfar por lo alto en la capital. Estoy segura de que lograrás alcanzar tu sueño de ser la mejor chef de todo el mundo.—Eres una exagerada, bueno, cariño, tengo que irm
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