El ambiente en el búnker de análisis profundo, e iluminado únicamente por el resplandor frío de los monitores, los demás se habían quedado dormidos en cualquier lugar incómodo, mientras Luciana y Dario llevaban horas rastreando los miles de archivos del Diamante Negro, la memoria cifrada que, Massimo Ferraro le había dado como obsequio a Gracia Mancini, ellos buscaban códigos, cuentas, debilidades… lo que fuera útil para tener a Greco justo en donde querían.
Pero nunca se imaginaron lo que irían a encontrar.
Dario estaba concentrado en un algoritmo de encriptación que prometía abrir las cuentas offshore del mal nacido de Stefano, mientras Luciana escaneaba los detalles, ella siempre había sido más intuitiva, buscando patrones en el silencio.
— Aquí hay algo — musitó Luciana, sin alzar la vista. Su tono era plano, pero su pulso se aceleró al notar de qué se trataba — Un archivo aislado, sin etiqueta, está camuflado, se llama... “Verdad_Ultima”
Explicó señalándolo en el monitor de la la