Dario escuchó el planteamiento de Luciana en silencio y con la cabeza gacha, solo asintió con su rostro contraído por el dolor y la náusea subiéndole por el esófago, ahora entendía por qué algo en su interior lo obligaba a mantener su distancia de Luciana, a pesar de lo que todo su cuerpo sentía por ella, era una barrera incomprensible contra el deseo que ahora, se convertía en la máxima blasfemia contra todo lo sagrado.

Había pecado contra el cielo, contra la sangre de la familia, contra su propia hermana mancillándola, y contra sí mismo.

La tensión en el búnker era asfixiante, con la misión del Vaticano planeada, y la última revelación que ambos en un silencio implícito se encargaron de mantener solo para ellos y en completo secreto hacia los demás, Dario se centró en hacer una copia encriptada de seguridad del C&oa