Mundo ficciónIniciar sesiónLa mañana se abrió paso lentamente, con la luz dorada filtrándose a través de las cortinas pesadas. El sonido de la lluvia de la noche había quedado atrás, y en su lugar, el canto de los pájaros y el murmullo del viento entre los árboles envolvía la habitación en un aire de quietud.
Amara despertó primero, aún acurrucada contra el pecho de Lykos. Su respiración era profunda, tranquila, como la de un lobo que había encontrado finalmente su madriguera segura. La vampira se quedó quieta unos segundos, contemplando el contraste entre la fuerza marcada en el cuerpo de su amante y la vulnerabilidad que mostraba al dormir.
Sonrió, dejando que sus dedos recorrieran suavemente la línea de su mandíbula, bajando después hacia el pecho. Las cicatrices que cubrían la piel de Lykos eran como mapas de batallas pasadas, cada una con







