La noche había caído sobre la ciudad con un silencio espeso, como si todo estuviera conteniendo la respiración. Olivia subió las escaleras de su casa con el alma hecha trizas. Cada paso resonaba en su pecho como un eco de todo lo que acababa de descubrir.
Benjamin Walton. Su padre. El hombre en quien había confiado ciegamente. Ahora lo veía de otra manera. Una figura desdibujada. Alguien capaz de mentirle a su esposa, de sostener una doble vida durante años… y hacerlo con una mujer que había fingido ser amiga de la familia. Valentina.
Al cerrar la puerta, Olivia sintió cómo el mundo se desmoronaba dentro de ella.
El clic de la cerradura fue el único sonido que la sostuvo por un instante antes de derrumbarse por dentro. Dejó caer el bolso sin preocuparse de dónde caía. El cuero golpeó el suelo con un ruido sordo. Luego se apoyó contra la