Mundo de ficçãoIniciar sessãoLa lluvia se mezcló con el sabor de sus bocas, el frío con el calor abrasador de sus lenguas.
Sophie lo golpeó en el pecho, pero sus manos terminaron aferradas a su camisa.
Damien la alzó del suelo, la envolvió con el abrigo, y sin romper el beso la llevó de regreso hacia la cabaña. Ella lo besaba con la misma furia con la que lo odiaba.Dentro, el fuego aún ardía débilmente en la chimenea. Él la apoyó contra la pared, respirando contra su cuello, dejando un rastro de besos entre su mandíbula y el hueco de su clavícula
—Te odio —murmuró ella, jadeando.
—Lo sé—susurró él, rozando su boca otra vez—. Pero también me necesitas.
El sonido de la lluvia era un eco constante, una cortina fría que envolvía el mundo en silencio. Sophie no recordaba haber sentido tan







