El CEO Enamorado.
El CEO Enamorado.
Por: Ross Sandoval.
Prólogo.

Paula:

Ya era hora de cerrar, todos se habían ido a casa, yo como siempre me quede a cerrar, a ordenar todo. La puerta se abrió, dejando ver a Brian, yo estaba acomodando las sillas.

Me quede mirándolo por un segundo, se había rebajado la barba y lucía un traje azul oscuro, Dios, que hombre tan atractivo.  

—Hola Paula —sonrió y yo salí de mi tonta ensoñacion. 

—Hola Brian —me acerque a el— ¿todo bien? 

—Estoy bien, algo cansado a decir verdad... 

—Entiendo ¿lo mismo de siempre? —el asintió— bueno.. 

Como siempre lo hacia le coloque aquel postre sobre el plato y le servi el café, pero esta vez coloque otro trozo de pastel y otro cafe. Hoy estaba de buen humor y me apetecía hablar con el. 

Al salí dejé todo sobre la mesa, el se sorprendió ante mi acción puesto que nosotros no hablamos tan seguido. 

—Pero que maravilla —sonrió— ¿A que se debe tan hermosa compañía? 

—¿No puedo?

—Por supuesto que puedes dulcecito —rió un poco. 

—Que apodo tan horrible —hice una mueca y el volvió a reír—, come que esta vez me quedó aun mas delicioso. 

—No lo dudo —comenzó a comer—, joder, tienes manos bendecidas mi hermosa Paula. 

Brian y yo comenzamos a hablar sobre lo que hizo en el dia, siempre hace lo mismo, diseñar autos, hacer y hacer más dinero. Jamas entenderé a los ricos, tienen dinero, pero siguen trabajando para hacer mas dinero.  

—Oye —lo mire— Sal conmigo. 

—¿Que? —me reí. 

Eso fue demasiado directo, típico de el. 

—Lo que oíste, quiero que salgas conmigo. 

—No. 

—¿Por que? —juntó sus cejas— ¿Soy poca cosa para ti? —se puso la mano en el pecho. 

—Que dramatico eres —reí y me puse de pie para tomar los platos. 

—Sal conmigo.

—Te dije que no —entre a la cocina—, no saldré con alguien tan egocéntrico como tu.

—Oye —lo mire—, eso me dolio.

—No me importa, te dije que no.

—Vamos Paula, no me gusta rogar... Eso no es lo mio y aqui me tienes, pidiéndote una cita.

—Te dije que no por obvias razones —me crucé de brazos—, eres un mimado egocéntrico, ah y narcisista, detesto a los hombres como tu.

—Hey, no soy como los demás —rodé los ojos—, no hagas eso, luces fea.

—Jah, ahora menos salgo contigo.

—¿Que tengo que hacer para que me aceptes?

—Dudo que lo hagas.

—Pruebame.

—Bien, si tanto deseas salir conmigo... Ven mañana a ayudarme en la pastelería.

El lo pensó por un momento, me causaba demasiada gracia verlo así, lleva un mes insistiéndome y sigo diciéndole que no. No negaré que es apuesto el sujeto en cuestión, pero tiene una personalidad terrible.

Dice que le gusto por que le gustan mis postres, vaya interesado.

—Está bien —dijo seguro—, todo sea por que salgas conmigo.

—Te vas a arrepentir de haber aceptado.

—Valdra la pena —sonrio.

—Eso lo veremos —solté una risa. 

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Hola lectores, bienbenidos a la segunda novela de la Bilogía CEO espero que esta sea de su total agrado. 

Besos, Ross. 

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