Azura
El corredor temblaba bajo el estruendo de la alarma, ecos mágicos que rebotaban en la piedra, fuego real latiendo en mi interior, gritos ahogados de guardias que corrían hacia el estrépito, y nosotros, Grayson y yo, moviéndonos como sombras, aferrándonos el uno al otro, él con las manos apoyadas en mi espalda, sus pasos vacilantes pero firmes, yo impulsándolo a avanzar, a no mirar atrás.
—Azura, me duele el pecho… —susurró él, apoyando la frente contra mi hombro—, siento que me va a quebrar este ardor.
—Aguanta, mi mate, respirá despacio, sentí mi fuego, sentilo como un escudo, yo lo controlo, tu te tienes que dejár llevar, juntos salimos de aquí, eso es todo.
Cruzamos una sala de columnas rotas, a nuestra derecha una reja que va al patio interior, los guardias pasaban frente a nosotros, alertas, sus lanzas goteando chispa de magia corrompida, yo detuve a Grayson en seco, presioné su costado para que no avanzara más, lo miré a los ojos, él me devolvió mi mirada con confianza dol