Azura
Hoy comenzaba el entrenamiento. Mi primer paso hacia algo más grande… hacia convertirme en alguien digna. Había tantas emociones cruzando por mi pecho que apenas podía respirar. Empezaríamos con lo básico de defensa personal, y aunque suene simple, para mí era un mundo nuevo. Tenía que esforzarme al cien por ciento si algún día quería estar al nivel de Grayson. Él era fuerza, estrategia, poder. Yo... apenas estaba empezando a entender quién era. Me puse una ropa cómoda. Un pantalón ajustado de tela elástica y un top negro. Algo que me permitiera moverme con libertad. Me miré al espejo antes de salir y pensé: Esto servirá... creo que hasta se ve bien. Bajé las escaleras con paso ligero, el olor a comida caliente me atrapó desde el primer escalón. Mi estómago rugió con fuerza. Había algo... algo delicioso en el aire.
—Buenos días, Sarita —saludé entrando a la cocina, y lo primero que vi fue su espalda moviéndose con agilidad mientras volteaba unos trozos de tocino en la sartén.
—¡