Subtítulo:
“Cada elección puede ser la última, cuando el enemigo acecha en la oscuridad.”
El sol apenas comenzaba a elevarse sobre el bosque, pintando el horizonte con tonos dorados y naranjas que parecían querer disipar la oscuridad que aún persistía en el aire. Sin embargo, ni la luz del amanecer lograba calmar la tensión que se respiraba en el territorio. Kael y Ariadna se encontraban en el claro central, rodeados por los miembros más leales de la manada, sus rostros marcados por la fatiga, la incertidumbre y el peso de lo que estaba por venir.
El silencio se había vuelto un enemigo más, pesado y expectante, como si el bosque mismo contuviera la respiración. Kael recorrió con la mirada a cada uno de sus hermanos y hermanas, buscando en sus ojos esa chispa de esperanza y fuerza que necesitaban para seguir adelante. Pero el miedo, la sospecha y la incertidumbre se reflejaban en muchas miradas, una sombra que amenazaba con romper la unidad que tanto esfuerzo les había costado mantene