Subtítulo:
“Los secretos enterrados siempre encuentran la forma de volver.”
La noche había caído como un manto oscuro y pesado, envolviendo el territorio en un silencio casi opresivo. Las copas de los árboles se mecían con el viento frío, susurrando secretos antiguos que solo aquellos con sentidos agudos podían captar. Kael avanzaba solo, sus pasos firmes pero cautelosos, cada músculo tenso, mientras la luna llena se asomaba entre las nubes, bañando el bosque con una luz espectral y fría.
El peso de la traición y la incertidumbre comenzaba a hacer mella en su espíritu, pero su determinación permanecía inquebrantable. Su prioridad era clara: proteger a su manada, a Ariadna y a los pequeños que ella llevaba dentro. Sin embargo, el pasado, con todas sus heridas abiertas, regresaba para acecharlo en las sombras, recordándole que no todo se podía enterrar ni olvidar.
Un susurro familiar, frío y cortante, rompió la quietud de la noche, haciéndolo detenerse de golpe.
—No puedes escapar de l