Annabel Alderwood solo conoce la vida en la academia de brujas. Solo sabe seguir las ordenes de su tía para no ser igual que su madre: una loca... o eso es lo que dice su tía. Eso es hasta que empieza a descubrir las mentiras de su tía. La única familia que conoce le oculta cosas y ya no sabe a quién creer. ¿Que puede hacer ? Irse lejos y vivir una vida tranquila, pero nada es tranquilidad para ella. De algún modo entra a la vida de Darius Kellington, más conocido como el Alfa Oscuro y según el es su compañera. ¿Como una bruja va a ser compañera de un lobo? ¡Eso nunca se ha visto! Pero con cada cosa que descubre, más quiere estar cerca de él. Su vida esta llena de mentiras y tendrá que descubrirlas todas antes de poder ser feliz.
Leer más-Darius-Me agaché junto a los restos carbonizados de lo que debió ser la cabaña de Samantha. Aún quedaban fragmentos de vidrio encantado enterrados en la tierra, opacos, sin energía. La magia de la bruja se había desvanecido con ella. Era difícil ignorar el vacío que dejaba, como si algo primordial hubiera sido arrancado de este lugar.Pasé los dedos por la madera quemada, deseando comprender qué había ocurrido. Pero no era un asesinato cualquiera. Era una ejecución fría, calculada.El aire cambió.No por el viento, sino por algo más, algo intangible que presionaba sobre la piel.Me puse de pie al instante. No me sorprendía. La brujería siempre deja una marca, una huella, y había alguien cerca.—No es necesario que gruñas, príncipe Darius —dijo una voz suave y medida, interrumpiendo el silencio.Me giré rápidamente, instintivamente protegiendo mi espalda, aunque sabía que no había peligro inmediato. Ella ya estaba ahí, de pie con una calma que no era natural.Una mujer, alta, envuelt
-Darius-Desde el balcón del segundo piso, donde la luz plateada de la luna se filtraba entre los árboles, mis ojos encontraron el perfil oscuro del castillo.Aún estaba en pie. A pesar de todo. Como si se negara a morir, como si las paredes quisieran seguir contando una historia que el mundo ya había olvidado… o prefería no recordar.Ahí crecí.Ahí fui príncipe, hijo del rey.Ahí también vi morir a mi familia.Apoyé las manos en la baranda de piedra. La madera nueva de esta casa contrastaba con los muros viejos del castillo, con su eco hueco y sus salones fantasmas. Podía verlo todo. El salón principal iluminado por fuego y sangre. El caos de aquella tarde.Las manadas se habían unido. Alfas que una vez se inclinaban ante mi padre, decidieron que era suficiente. Vinieron con dientes y furia. Casper lideraba la carga. Yo estaba encerrado, acusado de traidor. Mi propio padre me había lanzado a una celda, creyendo que quería arrebatarle el tronoFueron los gritos los que me alertaron. E
-Darius-Los primeros pasos dentro del territorio me golpearon con una mezcla de nostalgia y alivio. El aire tenía un olor único, a hojas húmedas y corteza viva. A hogar. No necesité anunciarme. Apenas crucé el límite en el bosque, un aullido se alzó en la distancia. Y como si el bosque hubiera contenido el aliento durante cinco años, los árboles se estremecieron. Y se empezaron a escuchar más y más aullidos. Estaban comunicando algo: el Alfa había vuelto.Los centinelas me vieron primero, y sus rostros, en lugar de tensarse con desconfianza, se iluminaron. Uno de ellos, un joven que no pasaba los veinte, dejó escapar un suspiro antes de correr a dar el aviso.—¡Es el príncipe Darius! ¡El Alfa ha vuelto!¿Príncipe? ¿Todavia me decían asi?El eco de mi nombre se esparció como fuego entre los árboles.Cuando llegue a la plaza de la villa, me esperaban. Docenas de rostros conocidos, cuerpos que se habían curvado ante él cuando era joven, y miradas que alguna vez temió decepcionar. Esta
-Darius-Cerré la puerta de la habitación dejando a Annabel dentro. –Habla. –Mi voz de Alfa estaba al mando. No tenía la paciencia para esperar. –Otro asesinato señor.Lo miré fijamente, mientras sentía como la rabia crecía dentro de mí. Y no solo yo era el que estaba enojado. Bat también lo estaba.–¿Otro? ¿Tan pronto? –gruñí, casi más para mí que para él. Apreté los dientes. Esto ya se estaba saliendo de control. –Dejame adivinar… yo lo ordené.–Sí Alfa. –¡Maldición! –Esto ya no era un hecho aislado, ahora era prácticamente todos los días que había un asesinato. –¿A quién esta vez? –En el este, en el territorio del Alfa Casper… fue a uno de sus guardias. Justo lo que necesitaba. Un conflicto con otra manada y tenía que ser justo la del Alfa Casper, apenas podíamos mantener una paz incómoda con ellos por culpa de mi padre. Y ahora con uno de sus hombres muertos… Esto no podía ser peor. Aunque no quisiera involucrarme tendría que hacerlo. Ya no tenía opciones de seguir investigan
-Annabel-Esos besos la estaban volviendo loca. Con cada nuevo beso, mi mente más se intoxicaba con Darius y no me dejaba pensar. Ella tenía que razonar, pero no podía… no quería. De un momento a otro ya no era solo su boca la que la tocaba sino que sus manos también, está empezaron a recorrer mi cuerpo volviéndome loca… aún más de lo que ya estaba. Mi respiración estaba alterada. ¿¡Este hombre que me estaba haciendo!?–Basta, no podemos hacer esto. –Susurré contra sus labios.–¿No podemos? –No… somos diferentes especies. Nos odiamos… sería un desastre. –¿Otra vez con eso? Nosotros no nos odiamos. –Puso énfasis en “nosotros”. –Además, parece que lo dices solo para convencerte. Y volvió a besarme. Y una vez más dejé de pensar. Su boca dejó la mía para deslizarse por mi rostro y llenarlo de besos antes de volver una vez más a mi boca. Era un beso profundo, cargado de una mezcla de deseo y desesperación. -Darius-Lo único que quería era perderme en ese beso. Ya era tiempo de que a
-Annabel-En cuanto salí del hotel no miré atrás. ¡Necesitaba dinero y lo necesitaba ya! Las palabras de Darius seguÍan en mi mente. ¿Compañera? ¿Era su compañera? ¿Cómo era eso posible? Según yo, eso era imposible. Nuestras especies siempre se han llevado mal, así que él tiene que estar equivocado. No podía volver al terminal, pero busqué lugares transitados y me puse una vez más a leerle el futuro a la gente. Eso era lo más rápido para ganar dinero. Con el paso de las horas me empecé a relajar al no ver aparecer a mi nuevo tormento personal. No lo quería ver. –Alderwood. Un apellido poco común. –Esa voz. Ni siquiera tenía que volverme para saber a quién pertenecía. –¿Me estás siguiendo? –La pregunta me salió entre dientes. –Nop –Pero lo decía de tal forma que era imposible creerle. –Solo pasaba por aquí. –Sí claro. –Eso no se lo creía ni él. –Pero volviendo al asunto. Alderwood. ¿Qué relación tienes con Morgan Alderwood? Lo miré sorprendida. ¿Conocía a mi tía? –¿La conoces?
-Annabel-Corrí a mi habitación lista para tomar mis cosas y salir de ahí. No quería tener nada que ver con ese hombre lobo. Estaba ordenando todo a la carrera cuando escucho que la puerta se abre y veo ingresar a mi supuesto compañero. –¡Vete!–No me voy. –Y para demostrar su punto se sentó en la cama con toda la confianza del mundo. ¿Y este que se creía? Lo fulminé con la mirada y con mi mochila al hombre estaba lista para salir.–¿De quien escapas? –Me llegó la pregunta. Lo ignoré y seguí a la puerta solo que no me esperaba que me tomara del brazo y no me dejara salir. –No niña bonita, de aquí tú no sales hasta que hablemos. –No tengo nada que hablar contigo. –Tú no, pero yo sí. Así que se una buena niña y responde mis preguntas. ¿Buena niña? –¡No me trates así! No soy ninguna niña. –¿No lo eres? –¡No! –Estaba furiosa. Lo que este tipo necesitaba era que le gritara unas cuantas verdades. –Pues por tu forma de actuar, no lo creería. –¡Eres insoportable! –Me removí hasta qu
-Annabel-Mi corazón se aceleró, pero después recordé que él no me conocía, así que no tenía por qué preocuparme. Pasó por mi lado y mientras yo esperaba que siguiera de largo no lo hizo. Se detuvo y me miró. Inspiró. Sus ojos se pusieron negros. Estaba embelesada, era muy distinto verlo en persona a ver un recuerdo. En el recuerdo solo me había llamado la atención, ahora en persona era algo que no podía describir. Lo necesitaba más cerca, yo quería que él me tocara. Lo anhelaba. Y lo hizo. Me tomó del brazo y me acercó a él. Solo que de un momento a otro me empujó y se alejó.–¿Qué fue eso? –Susurré para mí.No pensé más en eso y me fui del terminal buscando un lugar donde pasar la noche. Mientras caminaba por las calles oscuras sentía que alguien me seguía, pero no veía a nadie. ¿Mi tía ya me encontró? Solo pensar en eso me asustaba. No estuve tranquila hasta estar resguardada dentro de una habitación. Esa noche soñé con unos ojos negros que me transmitían paz. A la mañana siguie
Capítulo 11-Annabel-Sobrevivir por su cuenta era extremadamente difícil. Había pasado un mes desde que escapé de la academia y me encontraba desesperada. Primero había pasado un par de días en ese bosque y aunque de algún modo estar en un bosque se sentía bien para mí, no quería volver por el momento. Después, en el primer pueblo al que me atreví a entrar fue por muy poco tiempo y solo a buscar comida y una carpa pequeña con un saco de dormir. No pensaba pasar otra mala noche en la intemperie. Lo mejor para mí sería esconderme entre los humanos, pero sentía que aún me encontraba muy cerca de la academia. En el siguiente pueblo quería hacer lo mismo, entrar y salir, pero no tuvo tanta suerte. Era bastante pequeño y se sentó un momento en la plaza mientras comía una empanada que le había comprado a una señora de un carrito. –¡Oye muchacha! ¿Quieres saber tu destino? Solo por una moneda leo tu mano. –Una mujer se le acercó, estaba vestida con falda larga y varios collares.–¿Qué? –La