capitulo 36

Paolo abrazó a Adriánna, fue un abrazo cálido, protector, sin prisa, ella apoyó su frente en el pecho de él y cerró los ojos.

El silencio entre ambos era sereno. Solo dos almas, una junto a la otra.

—¿Cuál será el lugar que escojas para nuestro viaje.? —preguntó ella con voz suave.

—Es una sorpresa, y estoy seguro de que te va a encantar. —escondió

—Tendrá que tener muchas flores amarillas. Me hacen sentir libre.

Paolo sonrió.

—Entonces buscaremos el campo más florido que exista.

La risa de Adrianna volvió a brotar, esta vez sin contenerse.

Paolo la miró, con la seguridad de que él no iba a romper ese momento.

Pasaron la tarde hablando sobre posibles lugares a los que irían, Paolo contó anécdota sobre su vida y la de su hijo.

Adrianna sintió un frío recorrer su cuerpo, en el momento en que Paolo habló de su hijo. Se abrazó así mismo deduciendo era el frío del clima. Paolo continuó y por un momento Adrianna deseó contar parte de su vida y se detuvo, porque parte de su vida era lleg
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